Luego de realizar una inspección ocular en un camping en los alrededores de El Cadillal, el fiscal López Ávila ordenó el secuestro de un freezer, donde supuestamente se ocultó el cuerpo del Paulina. Además pidió apoyo a la Corte Suprema de Justicia por la complejidad del caso.
Durante la jornada de ayer el fiscal Diego López Ávila realizó una inspección ocular en El Cadillal. En el lugar donde supuestamente se realizó una fiesta en la que fue asesinada Paula Lebbos, la joven tucumana que en 2006 encontraron muerta a la vera de la ruta 341 tras permanecer dos semanas desaparecida, hay un cartel que indica que ahí funciona un camping. A la redonda se observan varias cabañas y una vivienda humilde, donde residen los encargados. El sitio ahora tiene guardia permanente. Allí los investigadores descubrieron un viejo freezer en el fondo del predio.
El hallazgo demoró aún más el procedimiento que comenzó alrededor de las 11. El martes un testigo le señaló ese lugar al fiscal López Ávila, a quien le informó que Paulina murió en una casa, que los participantes del festejo escondieron su cuerpo en un freezer y que varios días después arrojaron el cadáver en la ruta 341.
De este modo el fiscal ordenó el secuestro del freezer que estaba en desuso.
El fiscal pidió apoyo a la Corte Suprema
El fiscal Diego López Ávila, se reunió ayer con los miembros de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán a quienes planteó su preocupación por la complejidad del caso, en el que fue implicado un hijo del gobernador José Alperovich, a partir de una denuncia realizada por el padre de la víctima, Alberto Lebbos.
En la audiencia, el instructor solicitó al superior tribunal que se dispongan los recursos materiales y humanos necesarios para que la Fiscalía a su cargo pueda desarrollar la investigación sin contratiempos.
Al finalizar la reunión, el vocal de la Corte, Daniel Posse, reconoció que “el fiscal está muy preocupado” frente a la trascendencia del caso Lebbos, que esta semana se nacionalizó.
“Le dimos al fiscal el total apoyo de este Poder”, sostuvo el miembro del máximo tribunal, quien precisó que “la Corte va apoyar absolutamente desde esa perspectiva toda la cobertura de los materiales y del personal que necesita el doctor López Ávila para llevar adelante esta compleja investigación”.
Según Posse, la Justicia tucumana espera que la investigación llegue “hasta las últimas consecuencias. Eso es lo que nosotros queremos y creo que es lo que la sociedad quiere”, completó Posse.
López Ávila se puso al frente de la investigación a principios de junio, luego de que Carlos Albaca, el fiscal que durante siete años tuvo en sus manos la causa sin concretar mayores avances, decidiera inhibirse.
Antes que López Ávila y Albaca, en 2006 el caso fue investigado por el fiscal Alejandro Noguera, quien también se alejó del caso.
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