El Movimiento Pase Libre (MPL) informó este viernes que no convocará ni participará más de las manifestaciones que sacuden a Brasil. El MPL organizó las primeras protestas, pero ahora considera que el objetivo principal está cumplido. “Ya conseguimos una victoria importante”, dijo Lucas Monteiro, vocero del grupo.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff en cadena nacional intentó acercar posiciones con las demandas de los movilizados.
Si bien la mayoría de las movilizaciones han sido pacíficas, también
hubo serios incidentes en las últimas marchas del jueves por la noche.
Al joven de 18 años que murió atropellado en esa jornada, este viernes
se sumó una mujer de 54 años que perdió la vida tras inhalar los gases
lacrimógenos de la policía.
Violencia en la protesta
Monteiro reconoció que las protestas que ellos convocaron se
convirtieron en una “revuelta popular mucho más amplia” que demandaba
respuestas a temas que no tenían que ver con la idea original, como la
lucha contra la corrupción, la crítica a los gastos excesivos de dinero
público por el Mundial de 2014 y la Copa Confederaciones y la defensa de
mejoras en la salud, vivienda y educación.
Otros grupos, en todo caso, informaron que seguirán adelante con las demostraciones de malestar.
Complicaciones y preocupaciones
Mientras, la reunión de emergencia que convocó la presidenta Dilma
Rousseff para analizar, junto a su gabinete, la contingencia de los
últimos días, terminó sin que las autoridades dieran declaraciones ni
explicaran qué conclusiones habían obtenido. Se esperaba que en la
reunión Rousseff fuera informada de las consecuencias que tienen las
protestas hasta ahora.
La masividad de las marchas supone un peligro para la seguridad y podría
poner en riesgo la realización de la Jornada Mundial de la Juventud,
que se celebrará en Río de Janeiro entre el 23 y el 28 de julio.
“Tenemos una serie de complicaciones y preocupaciones. Lo que está
aconteciendo puede perjudicar la Jornada”, dijo el ministro de la
Secretaría General de la Presidencia, Gilberto Carvalho.
Si bien más de un millón de personas salieron a las calles el jueves,
este viernes la convocatoria a las movilizaciones en más de 100 ciudades
fue menor, aunque de todas formas muy numerosa. Sin embargo, la agencia
Reuters asegura que aumenta el rechazo popular contra la violencia que
se ha desatado en algunas de las movilizaciones.
En las redes sociales se podía leer condenas a las escenas de jóvenes
saqueando tiendas y provocando incendios. La FIFA, por su parte,
descartó que la copa Confederaciones estuviera en riesgo.
El gobierno de Brasil advirtió ayer que
la visita del Papa Francisco I a la Jornada Mundial de la
Juventud prevista para el mes próximo en Rio de Janeiro también
puede estar enmarcada por el clima de manifestaciones de
protesta que se registra en el país hace dos semanas.
"Tenemos que estar preparados para que la Jornada ocurra
inclusive en un clima con manifestaciones en el país", afirmó
hoy el secretario general de la presidencia, Gilberto Carvalho,
interlocutor del gobierno de Dilma Rousseff con los movimientos
sociales y religiones.
Luego de una reunión para evaluar la visita del Papa a Brasil
entre el 23 y el 28 de julio para la jornada Mundial de la
Juventud, a la que se esperan 2 millones de jóvenes, Carvalho no
pudo anticipar si el clima que se vive en el país habrá cambiado
para entonces.
"Tenemos que tener en claro que la Jornada Mundial de la Juventud puede ocurrir dentro de un clima que no sé si es igual a los de estos días, porque la coyuntura evoluciona tan rápidamente que sería temerario hacer una profecía", declaró, según Agencia Estado.
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