Según un nuevo trabajo de un equipo médico de la Facultad de Medicina de la Vanderbilt University, en Nashville, Suecia, las embarazadas con sobrepeso u obesidad son más propensas a tener un parto prematuro. El Dr. Máximo Ravenna adelantó hace varios meses sobre las consecuencias negativas que causa el exceso de peso de una madre en el embarazo y, también, durante los primeros doce meses de vida del bebé.
El nuevo trabajo de la Universidad sueca halló que esa asociación era más robusta en los bebés nacidos entre las semanas 22 y 27.
En congruencia con lo planteado por Ravenna, el Dr. Muktar Aliyu, Director del equipo de investigación que hizo el trabajo, afirmó que “las mujeres deben cuidar su peso antes y después del embarazo, no por su propio bien sino también por el bienestar del recién nacido".
Por su parte, el Instituto Karolinska, en Estocolmo, analizó bases de datos con información de 1,6 millones de embarazadas y sus bebés nacidos entre 1992 y el 2010 y encontró que el 5 por ciento había sido prematuro; la mayoría había nacido "moderadamente prematuro" entre las semanas 32 y 36 de gestación. A medida que el peso de las mujeres aumentaba más allá del índice de masa corporal normal, el riesgo de tener un parto prematuro también crecía.
Un 0,17 por ciento de las mujeres con peso normal (una de cada 588) tuvo un bebé prematuro, comparado con el 0,21 por ciento de las mujeres con sobrepeso y el 0,52 por ciento de las mujeres más obesas. Además, los partos prematuros clínicamente inducidos eran más comunes en todas las etapas del embarazo del grupo que más pesaba.
Todos los especialistas coinciden en que los riesgos asociados con la obesidad están relacionados con altas tasas de inflamación y ciertas proteínas que aumentan la vulnerabilidad de las embarazadas a las infecciones menores.
Independientemente de lo que ocurra en el nacimiento, el Dr. Ravenna reitera además que las embarazadas con sobrepeso u obesidad traen aparejadas consecuencias más que negativas para los recién nacidos. Para el psicoterapeuta, las conclusiones han demostrado que la transferencia de ácidos grasos a la placenta es un factor clave del crecimiento del feto y de su desarrollo neuronal. A nivel general, los recién nacidos de estas madres tienen más defectos en el tubo neural e igualmente son más propensos a ingresar en las unidades neonatales. De hecho estos niños tienen un mayor riesgo de morir en el parto y de sufrir malformaciones congénitas, además de que serán más propensos a desarrollar obesidad en su vida adulta.
"Una madre gorda le da a su bebe una leche con niveles grasos elevados y de este modo se apura el desarrollo de una obesidad temprana en ese menor, generando una estructura conflictiva en las hormonas del cuerpo encargadas de regular el hambre y el metabolismo en general”, explica Ravenna, y agregó,” por ésto la principal recomendación es adelgazar previo a la búsqueda de un embarazo para intentar estar en un peso óptimo antes de la concepción.
Sin embargo, el famoso médico resalta que en los casos en los que no pudo evitarse el cuadro de obesidad de la madre durante la gestación “hay que tratar tempranamente al niño con un trabajo de entrenamiento basado en tácticas y técnicas cognitivas y conductuales hasta al menos los 25 años, con lo cual se puede lograr que esa persona revierta el cuadro que tiene preformado desde el útero materno”. "Ese trabajo de acompañamiento durante esos años modificaría las posibilidades casi rotundas de ser obeso que ya traía ese ser humano desde antes de nacer” sentenció Ravenna.
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff