Con "guante blanco" se gestó el debate televisivo entre los candidatos presidenciales de cara a las primarias del 30 de junio que definirá a los postulantes únicos de los dos principales bloques políticos, la Concertación de Partidos Por la Democracia y la Alianza Por Chile.
Pero en el voto del 17 de noviembre aparecerán también otros aspirantes al sillón de La Moneda: Marco Enríquez Ominami, por el Partido Progresista (PRO); Marcel Claude, por el partido Humanista; Franco Parisi, independiente, y el economista ambiental Afredo Sfeir, por el Partico Ecologista.
El Partido Comunista, que en todas las elecciones pasadas
había llevado candidato propio, decidió apoyar a la socialista
Michelle Bachelet.
En la oposición, con la ex mandataria como favorita, hubo
matices el lunes entre los cuatro candidatos. El jueves, en
tanto, los dos oficialistas se empeñaron más en mostrar unidad,
defender el modelo político y económico antes de marcar
diferencias.
En el debate de la oposición, el socialdemócrata José Antonio
Gómez fue el más radical al sostener que sin un cambio de la
Constitución, mediante una Asamblea Constituyente "no se van a
poder realizar los cambios que Chile está pidiendo hoy día".
El demócrata Cristiano Claudio Orrego se mostró a favor de
una nueva Constitución "pero a través de la institucionalidad
vigente" mientras Andrés Velasco, ex ministro de Hacienda de
Bachelet, se inclinó más bien por reformas a la Carta heredada
de la dictadura.
La ex presidenta dijo ser partidaria de una nueva
Constitución "y ver los mecanismos a través de los cuales
llevarlo a cabo siempre dentro de la institucionalidad" haciendo
un guiño a la DC, donde se concentra el electorado de centro.
Aunque el formato televisivo de dos periodistas interrogando a los contrincantes no permitía mucha interacción, Bachelet fue la más requerida en cuanto a por qué la ciudadanía podría creerle ahora si en su mandato (2006-2010) no realizó los cambios que ella ahora propicia. Ante la pregunta si ella cambió, la médica pediatra respondió: "el país cambió, y yo también". Según el ex ministro concertacionista, Francisco Vidal, la elección de noviembre marca un nuevo ciclo en el país.
"Desde 1990 a la fecha, ésta es sin duda la elección
presidencial donde tienen mayor importancia las propuestas
programáticas, tanto de los candidatos como de las coaliciones.
Esto en mi opinión obedece al diagnóstico común de que se cierra
un ciclo político, económico, social y cultural; y se abre otro
para los próximos 30 años. Esta realidad conduce a una mayor
importancia de la dimensión programa en las respectivas
candidaturas", argumentó.
La Concertación abierta ahora a una Una Nueva Mayoría, por la inclusión del PC en el pacto, ha dejado en claro que se necesitan cambios profundos en el país para satisfacer las demandas de una ciudadanía más exigente, como lo han demostrado los jóvenes que desde 2011 exigen en las calles educación pública, gratuita y de calidad.
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