El Coordinador del area Diversidad e Inclusión de la Fundación Pensar habló con Télam sobre los esterotipos con los que, según él, cargan tanto la agrupación que comanda Andrés Larroque, como la juventud del PRO. Afirmó que La Cámpora no tiene “autocrítica” y que no hay ninguna alianza entre Mauricio Macri y el Grupo Clarín. Además, se definió como “peronista” y que, si le tocara, apoyaría la despenalización del aborto.
-¿Ves el programa de Lanata?
A Lanata lo veo siempre, con mi vieja y mi novio, Agustín. Creo que, como indica el título, es un periodismo para todos; se entiende cuál es el mensaje que están dando. No estoy diciendo que sea verdadero o falso, pero el mensaje se entiende. No me gusta la parte de show mediático, pero sé que es parte de poder sostener audiencia. No creo que sea una verdad santa. Nunca voy a decir “Boudou es culpable”, porque el programa de Lanata lo dice. Sí creo que aporta pruebas y que como ciudadanos podemos sacar nuestras propias conclusiones.
-¿Te parece riguroso periodísticamente?
Hay investigaciones mejores que otras. Le da herramientas al ciudadano. El Gobierno insulta todo el tiempo a la clase alta, pero ellos hacen lo mismo que critican. Y eso a mí me genera un dolor de panza que no lo puedo entender. Porque ellos acusan de cipayos a quienes vivimos en Zona Norte y el vicepresidente vive en Puerto Madero.
-Tu familia fue del Opus Dei y recibiste una educación ligada a ese espacio. ¿Qué te aportó y en qué te perjudicó?
Espiritualmente fue algo muy positivo para mí. Creen en la santificación diaria a través del trabajo y yo en mi vida eso lo aplico. Ir a Mc Donald’s y levantar la bandeja cuando terminás, no hacerte el pelotudo. O levantar la toalla mojada en tu casa y no esperar que tu vieja lo haga. Eso lo aprendí del Opus Dei. Igualmente, no comparto muchas de sus posiciones.
-Aborto: ¿a favor o en contra?
Estoy leyendo un libro que se llama Entre el crimen y el Derecho. Es un ensayo sobre el aborto. Frente a mi casa había una clínica clandestina de abortos, mi mamá fue una de las personas que denunció y fueron presos. Yo espiaba con binoculares el garage donde se practicaban los abortos y veía cómo las chicas salían agarrándose el vientre del dolor. Algo falla, y cuando algo falla el Estado tiene que actuar. Una mayor campaña de prevención sexual, más preservativos en las villas o en los barrios carenciados donde hay una tendencia a que las chicas queden embarazadas con más temprana edad, talleres de educación sexual. Si algún día tuviese que votar, lo haría a favor de la despenalización del aborto.
-Anduviste de recorrida con Carlos Melconián, uno de los hacedores de las políticas más exclusivas de la historia argentina. ¿Qué puede aportar un dirigente como él, hoy, a la juventud?
También estuve con (Andrés) Larroque, y otro me podrá decir: “¿Qué puede aportar Larroque?”. Que dice que la política triunfa en La Plata porque llegan los jóvenes y no el Estado. Yo no estoy a favor de volver a lo que fue la década del ’90, y por suerte, en nuestro partido político, si existen son la minoría. Ahora, te tendría que mentir, y no me gusta, no soy una persona que se haya leído toda la biografía de Melconián o las formas en las que actuó. Me junto con él porque es nuestro candidato en la provincia y me interesa escuchar cuáles van a ser sus propuestas.
-¿Cómo te definirías, políticamente?
Estoy leyendo Conducción Política, me lo regaló el Cuervo. Me parece que tiene buenas definiciones para la política argentina. Y yo me considero un peronista, ¿qué querés que te diga? La política trabaja para el funcionamiento correcto de la sociedad tratando de hacer lo mejor que se pueda para que todo ande bien. Por eso me metí en política. Quiero trabajar para que la señora que se tome el tren en Moreno viaje sentada y en paz.
-Eso no lo lográs con un 40 por ciento de devaluación como propuso el cerebro económico del PRO, Federico Sturzenegger. Más bien lo que conseguís con esa medida es que la señora no pueda viajar en tren y tenga que ir en bicicleta.
Él no es el cerebro económico del PRO, hay un montón de economistas que rodean a Mauricio. Si Sturzenegger quiere decir que hay que devaluar un 40 por ciento, que lo diga. Ahora, también tenemos a Rogelio Frigerio, que no defiende esa medida. Dentro de nuestro proyecto político hay mucha gente y esa diversidad nos enriquece.
-¿Vos decís que un ministro puede tomar una decisión sin que lo sepa el jefe de Gobierno?
Obviamente que Mauricio lo va a saber. Por ejemplo, el caso del Borda; no fue decisión del Gobierno porteño salir a reprimir. Pero, frente a ese problema que pasó, tiene que salir a hablar el ministro de Seguridad. ¿A qué va todo esto? A que si Sturzenegger dice que tiene que haber un 40 por ciento de devaluación, no representa al partido.
El jefe de Gobierno no podía no saber la decisión del ministro. Y Montenegro dijo que la responsabilidad de la represión era suya.
Esto lo hable con Montenegro. La decisión no fue salir a reprimir, porque políticamente sería estúpido. Si vos decís “mandá a la policía a reprimir” ¡sos un estúpido, no servís para la política, te tenés que ir! Ahora, que la policía se zafó, es cierto, pero la orden no fue esa. Por eso, los policías que actuaron de esa forma van a ser corridos de la fuerza.
-Hubo represión a periodistas de diversos medios. La agresión de la Metropolitana fue transversal.
Si hablás del periodista de Clarín (NdeR: Robledo se refiere a Pepe Mateos, el fotoperiodista del diario Clarín que, entre otras cosas, fue el que sacó las fotos de los asesinatos de Kosteki y Santillán), a mí me dijeron que quiso pasar el cordón policial. A mí no me importa si sos periodista, si sos el Papa o si sos Cristina: el cordón policial no se pasa. Mateos lo hace, la policía lo agarra sin saber que era periodista –supuestamente-, lo esposan y luego lo sueltan; no se lo llevan detenido.
-Sí se lo llevaron detenido y esposado, pero quiero pasar a tu relación con Larroque. En una entrevista con Laura Di Marco dijiste que dejaste de “demonizar a La Cámpora”.
No dije eso, ese título que pusieron es incorrecto, nunca dije “demonizar”, porque yo no demonizo a nadie. Lo que puedo ver a través de Larroque es mucho trabajo por parte de La Cámpora que muchas veces es estigmatizado y no se conoce; como se estigmatiza al militante del PRO y te dicen que es un cheto boludo. De todos modos, La Cámpora está estigmatizada por la sociedad por la falta de autocrítica y la imposibilidad de criticar al Gobierno o cualquiera de sus medidas. Bienvenidos: vivimos en el mundo de los estereotipos y hay que trabajar para bajarlos. Ese es el trabajo que estamos haciendo con el Cuervo: tratar de bajarle los decibeles a la juventud.
-¿No te parece que hay una alianza estratégica entre el Grupo Clarín y Mauricio Macri?
Claramente no. Si hubiese tal alianza, muchas críticas que nos hacen al Gobierno de la Ciudad o a medidas puntuales, no estarían. Si tuviésemos que hacer una alianza con un medio de comunicación no nos alcanzaría la plata (ríe).
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