En septiembre serán las elecciones generales en Alemania, donde las dos figuras más resonantes serán la actual canciller Angela Merkel y el aspirante del opositor SPD, Peer Steinbrück. Como la lucha será sin duda dura, Merkel ha decidido tomar la ofensiva y exponer ante la opinión pública un paquete de medidas sociales.
Hasta sus seguidores aseguran que algunas de sus ideas son directamente vengozozas.
Entre ellas figura el establecimiento de una pensión para las madres, el
aumento de las ayudas por hijo y una mejora en las pensiones por
incapacidad laboral. Estimaciones realizadas por el periódico Handelsblatt
hablan de un costo anual de 28.500 millones de euros para las arcas
públicas alemanas, si es que esas promesas se hacen realidad.
Los planes han desatado una oleada de críticas incluso entre los aliados
de la canciller. El líder del FDP y vicecanciller alemán, Philipp
Rösler, alertó este sábado (01.06.2013) de los riesgos que supone una
“carrera en material social” entre la CDU de Merkel y los
socialdemócratas. “Sería una prueba de resistencia para el presupuesto y
los contribuyentes”, dijo Rösler al diario Rheinischer Post.
“Poco creíbles”
Por si no bastara, incluso en la misma CDU surgieron voces críticas. El
jefe de pequeñas y medianas empresas del partido, Josef Schlarmann,
describió las promesas como “sacadas de un baúl de ropa”. Añadió que
“estos beneficios son regalos electorales típicos. Todo el mundo sabe
que se pone en el escaparate antes de los comicios y que vuelven a
desaparecer en el almácen una vez que pasaron”, dijo en el semanario Focus.
Estas declaraciones, que en guerra serían “fuego amigo”, se suman a las
de los rivales. El candidato a canciller del FDP, Rainer Brüderle,
aseguró que “los programas sociales a crédito no son lo que entendemos
como economía social de mercado y racionalidad económica”. Mientras, el
aspirante a canciller de Los Verdes, Jürgen Trittin, criticó que las
promesas no incluyan “ni siquiera de forma rudimentaria una explicación
de dónde saldrá todo ese dinero”.
Entre las medidas de Merkel destaca un incremento de la ayuda a los
padres de los 184 euros al mes actuales hasta 219 euros por cada hijo.
“Queremos proteger mejor a los padres con niños”, argumentó la
canciller. Desde el SPD, la parlamentaria Manuela Schwesig, dijo a Spiegel
que “el Gobierno no hizo prácticamente nada por las familias en los
últimos cuatro años. Sólo aplicó recortes. Por eso las promesas de
Merkel son poco creíbles”.
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