Presuntos narcotraficantes atacaron ayer con armas de guerra una populosa favela del norte de Rio de Janeiro, región que será visitada por el Papa en julio, y desafiaron al batallón especial de la policía apostado en esa barrida pobre, tras lo cual el gobierno carioca convocó a una reunión de urgencia.
En tanto, los militares definen el plan de seguridad para la gira del Pontífice en Rio, donde recorrerá barriadas humildes y encabezará una misa para cientos de miles de personas.
Ráfagas de armas pesadas surcaron hoy las favelas del
Complexo do Alemao cerca de las 7.45 horas (10.45 GMT) minutos
antes del inicio de la carrera "Desafío por la Paz", evento que
debió ser postergado por una hora y fue organizado por la ONG
Afroreagge con el apoyo del gobierno de Rio.
El Complexo de Alemao es la barriada pobre más populosa del
norte carioca donde también se encuentran las favelas de
Manghinhos, una de las cuales, la de Varginha, será recorrida a
fines de julio por el papa Jorge Mario Vergoglio.
El Vaticano anunció oficialmente que el 25 de julio el papa
Francisco celebrará una misa en la iglesia San Jerónimo
Emiliano, donde estuvo la Madre Teresa de Calcuta, y es el más
pequeña de las tres parroquias ubicadas en la favela Varginha.
Luego de esa ceremonia Francisco "tendrá una conversación con
jóvenes y después caminará por la calle frente a la capilla,
donde no habrá vallado cercando al Papa, que estará libre para
ingresar en algunas casas y conversar con los vecinos", informó
la Arquidiócesis de Rio, cuyo titular, Joao Orani Tempesta, fue
recibido por su Santidad el viernes pasado.
El templo está en una zona actualmente controlado por la
policía, pero que tiempo atrás era conocida como la "Franja de
Gaza" de Rio de Janeiro, por los frecuentes choques armados
entre narcotraficantes, que aún hoy realizan incursiones
espaciadas, pero frecuentes, como la que sucedió este domingo en
el Complexo do Alemao.
"Lo que ocurrió ayer fue una acción irresponsable y criminal,
causada por admiradores de una facción (criminal) que reinó aquí
durante 30 años" declaró el secretario de seguridad de Rio
Mariano Beltrame, que acusó directamente al "Comando Vermelho",
el cual pese estar replegado continúa siendo una de las
principales organizaciones del narcotráfico brasileño.
Los jefes del "Comando Vermelho" fueron parcialmente
desalojados de las favelas del norte de Rio de Janeiro a fines
de 2010 cuando esa zona fue ocupada por cerca de 2.400 militares
y policías apoyados por tanquetas de la Marina y helicópteros
artillados.
Luego de la invasión del Complexo do Alemao fue instalada
allí una Unidad de la Policía Pacificadora (UPP), de las que ya
hay más de 30 en otras tantas favelas de Rio de Janeiro, que se
prepara para recibir al Papa Francisco en julio próximo y la
Copa del Mundo en 2014.
Al hablar del ataque de este domingo el secretario seguridad
Beltrame aseguró que las fuerzas del orden "están aquí y no
saldarán, el Estado no saldrá" pese a las intimidación de los
supuestos narcotraficantes, aseguró y anunció una reunión de
emergencia con los mandos de la policía para evaluar lo
ocurrido.
Helicópteros y carros del Batallón de Operaciones Especiales
de la Policía Militarizada rastrillaron hoy al Complexo do
Alemao tras el ataque narco y finalmente la carrera por la paz
se inició poco antes de las 9 horas (12 GMT), con la
participación del propio secretario Beltrami.
"Si yo fuera un vecino del Complexo do Alemao, yo querría que
el secretario de seguridad participara en la carrera, por eso
considero importante participar" declaró el funcionario que
también colabora en el montaje del plan de seguridad para la
visita del Santo Padre.
La planificación del esquema contra eventuales ataques
terroristas en la Jornada Mundial de la Juventud está a cargo de
las Fuerzas Armadas, que desplazarán miles de hombres a partir
de junio, durante la Copa de las Confederaciones, en puntos
claves de Rio de Janeiro.
El general José Carlos de Nardi, jefe del estado mayor conjunto de las Fuerzas Armadas, dijo que ya está prácticamente concluido el dispositivo seguridad papal, y consideró que la única amenaza potencial es la de un atacante individual, "un lobo solitario", como el que intentó asesinar a Juan Pablo II en 1981, en la Plaza San Pedro del Vaticano.
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