“Le escuché decir mi madre cuando me secuestraron”, dijo en su testimonio Ramón Castellanos, en su declaración en el marco de la Megacausa Jefatura II – Arsenales II. Una jornada extensa con testimonios impactantes.
Una nueva jornada se desarrolló este viernes en Tucumán en el marco de la Megacuasa Jefatura II – Arsenales II.
La primer testigo en declarar fue Diana Fabio. La secuestraron en 1976 en la vía pública. Diana fue llevada a la Central de Investigaciones, luego a Jefatura y finalmente a Arsenal. "La picana daba muchísima sed, pedí agua y me la tiraron en la boca, 'con esto te va a ir peor', me dijeron y así fue", expresó ante el TOF.
Contó que durante los interrogatorios le preguntaban por sus compañeros de la facultad, por la lista de candidatos al centro de estudiantes.
Dijo a su vez, que escuchó a Angel Manfredi y Ana María Sosa de Reynaga. Habló con Ana, le contó sobre su secuestro. "Angel dijo que era del PCR y yo pensé 'a Angel lo van a matar'".
Más adelante confesó, “cuando me iban a liberar Ana María Reynaga me dijo: 'mirá mis hijitos'. Yo no pude...tengo una deuda con esos chicos".
A Diana la liberaron de Villa Urquiza y la trasladaron a la oficina del director Hidalgo. Allí estaba su padre quien le recriminó a Hidalgo por no haberlo ayudado.
Antes de los aplausos con los que la despidió el público dijo: "muchas veces me pregunté qué cosa hizo que me liberen a mi. Deseo de corazón que se pudran en la cárcel".
Luego fue el turno de Julio Omar Luna, este testigo acompañaba a su padre que trabajaba como supervisor en la Compañía Arsenal. Por entonces Julio tenía 19 años y llevaba a su padre todos los sábados. El jefe de Arsenal en ese momento era Soto.
Indicó que en la talabartería se confeccionaban bolsas verdes de lona, “me dijeron que eran para poner cadáveres y tirarlos al monte, desde helicópteros”.
También sostuvo que “al Arsenal iban sacerdotes, eran varios, daban misa en una capilla que había ahí”.
Otro de los testigos de la jornada del viernes fue Ramón Castellano, vivía en Caspinchango, cuando lo secuestraron tenía 25 años. Era pelador de caña, no sabía leer ni escribir, lo acusaron de guerrillero. "Me pegaban de gusto", dijo.
"Ya han venido estos comegente a llevarse mi hijo, le escuché decir mi madre cuando me secuestraron.
Primero lo llevaron a Chimenea Mota, luego a Santa Lucía, a Nueva Baviera y finalmente a Arsenal. “En 'Chimenea Mota' me torturaron: orinaba sangre, salí mal de la cabeza de ahí".
Contó que en Arsenal conoció a Teodoro Rocha, Ñata Monasterio, Pochola, Godoy, René Quinteros, a los hermanos Orozco, Ramón Soberón.
"A las 11, 12 de la noche se sentían tiros, mataban gente, violaban a las mujeres", detalló en otro pasaje de su testimonio.
Antonio Raúl Romero, fue otro de los testigos que declaró en la extensa jornada del viernes. Fntonio fue detenido entre octubre y noviembre de 1975, le preguntaban por las armas. Era militante del 'Peronismo de Base'. Fue secuestrado y llevado a la Jefatura de Policía donde lo torturaron.
"'A este dale picana', dijeron y me preguntaban por Juan Ferrante que era un cura tercermundista y por Ana María Falú”, expuso. También dijo que en Jefatura escuchó dar órdenes de torturas a Albornoz.
“Cuando me liberaron hablé con Albornoz. Me dijo que quedaba libre por órdenes del entonces gobernador Amado Juri”.
En enero de 1977 lo volvieron a secuestrar, esta vez junto a su esposa. Lo trasladaron a Jefatura, escuché cómo la torturaban”.
Antonio fue luego trasladado al sur, cree que era el ex ingenio Nueva Baviera, “allí habían muchos compañeros tirados”.
En Nueva Baviera vio al coronel Arrechea, uno de los que lo torturó fue el comisario Almirón, “le decían 'Ketchup'”.
Durante su cautiverio en Arsenal habló con Luis Falú, con el doctor Augier. “Supe que allí también trasladaron a mi mujer”.
En otro momento expresó que "había un compañero con tétanos, lo dejaron tirado. Después dijeron 'sacá esto de aquí', no éramos nada" y agregó “lo pero era esa destrucción moral que te hacían".
Respecto del cura Mijalchyk dijo "lo que sé del padre Mijalchyk es que había ido a Arsenal, que hacía los ablandes".
Más adelante exclamó que "Albornoz se robó todo de mi casa, hasta el anillo de compromiso...me lo sacó de la mano".
El testigo contó que después que fueron liberados, él, su hermano y su esposa, eran controlados y perseguidos.
Cuando se retiró los familiares de los imputados gritaban "Viva la Iglesia"
La megacusa, proceso que tiene a 41 imputados por la desaparición de 222 personas en la década del 70, continuará el próximo juevves con nuevos testimonio de víctimas y testigos.
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