La Autoridad Vaticana de Información Financiera (AIF) recogió y analizó en 2012 señales de actividades sospechadas de lavado de dinero, se informó ayer.
En cambio, en 2011 se habían detectado sospechas de un solo caso, precisó el primer informe anual de la Autoridad de Vigilancia Antilavado.
Dos informes fueron transmitidos al promotor de justicia para
que realice las investigaciones penales, mientras que en 2011
ninguno fue girado.
"Los datos muestran una tendencia hacia el aumento de las
señales de actividades sospechadas en el cuarto trimestre de
2012, debida a la consolidación de la reforma de la ley 127, y
con ella, del refuerzo del sistema de detección y colaboración a
nivel interno e internacional", explicó el informe.
Las señales provinieron en cinco casos de sujetos vigilados y
uno de otras autoridades.
"Considerando la naturaleza, las dimensiones reducidas y las
peculiaridades del sistema económico-financiero del estado de la
Ciudad del Vaticano, los datos muestran un efectivo sistema de
detección de las actividades sospechadas por parte de los
sujetos dedicados a eso", añadió el texto.
En cuanto a las declaraciones de traslados de dinero fuera de
las fronteras superior a 10 mil euros, sumaron en total casi
2.400 (598 de ingreso y 1.782 de egreso del Vaticano).
Los datos están en caída respecto de 2001, cuando a partir
desde abril -entrada en vigencia de la AIF- las declaraciones
fueron 658 de ingreso y 1.894 de egreso, y "muestran la
tendencia a una intensificación en 2011, y una gradual
normalización en 2012".
"Los seis informes sobre las transacciones sospechadas son la
muestra de que el sistema de reporting comenzó a funcionar",
dijo en conferencia de prensa el director del AIF, el suizo
Rene Bruelhart.
"Es una señal bastante prometedora y alentadora", añadió.
El director del AIF no dio precisiones acerca de las
transacciones señaladas y especificó que "no están ligadas a
actividades de financiamiento del terrorismo"; tampoco las dos
que fueron remitidas a la justicia para que investigue y "adopte
las medidas del caso".
El Instituto para las Obras de Religión (IOR, sigla en
italiano), más conocido como el Banco Vaticano, es "una de las
estructuras interesadas por las transacciones señaladas".
En cuanto a las actividades futuras, incluso sobre los nuevos
estándares antilavado de dinero, Bruelhart anunció que "en las
próximas semanas y en los próximos meses" en el Vaticano se
emitirán nuevas medidas para afrontar los procedimientos de
"vigilancia preventiva".
El "paquete" de medidas promoverá también "un nuevo sistema
para reforzar los poderes de inspección de la AIF".
"Estamos muy contentos del proceso Moneyval (ente del Consejo
Europeo encargado de evaluar en los países sobre antilavado,
Ndr), cuyo segundo informe será presentado en diciembre, afirmó
Bruelhart.
"Estamos tendiendo la mano y trabajamos para adecuarnos,
aunque no sería necesario porque estamos ya en línea con la
mayoría de las recomendaciones fundamentales, 9 sobre 16. Hemos
dado una gran señal de transparencia", destacó el abogado
experto en lavado de dinero.
La tarea de adecuación a esas normas prosigue y el juicio
"ayuda a potenciar los sistemas internos, y entre pocos meses
mejoraremos nuestra legislación para reforzar el sistema",
subrayó.
A tal fin, destacó que existe en curso un procedimiento de cruce de información "profunda" para "tener una situación clara" de quiénes son los clientes del IOR. Bruelhart enfatizó además la importancia de las colaboraciones internacionales, en base a los protocolos de acuerdos que fueron firmados.
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