Expresó el testigo Juan Francisco C, quien declaró el viernes en el juicio por la Megacausa Jefatura II – Arsenales II. Ciudadano de Los Ralos contó sobre la realidad de su pueblo y el infierno que vivió mientras estuvo detenido – desaparecido en Arsenales.
“Juro por dios, la patria y los valores históricos de la Unión Cívica Radical”, dijo cuando comenzó su declaración Juan Francisco C, de 77 años, quien toda su vida vivió en Los Ralos, al este de la Capital tucumana.
Contó que participó en los años 60 y 70 por la recuperación de la Textil Escalada. La fábrica abrió en 1967 y cerro en 1970. “Con la lucha del pueblo de Los Ralos logramos reabrirla en 1973”, dijo.
Habló también sobre el terror en su pueblo. “En septiembre del 76 un carro de asalto fue hasta Los Ralos, se llevaron a Horacio y Enrique Rodríguez, a Miguel y Antonio Molina. Al llegar el vehículo a la entrada del pueblo, donde está la rotonda, Antonio logró escapar y a los otros 3 los fusilaron. Fue todo un mensaje”.
Juan Francisco aseguró que de su pueblo también fue secuestrado Enrique Lisandro Díaz, el más grande dirigente gremial que tuvimos, a Antonio Paz que era estudiante secundario.
Debido a su trabajo gremial el 10 de junio de 1977 lo secuestraron junto a Oscar Verón, Sexto Villarreal, Narciso Veliz, Santos Juárez.
“Estaba en el velorio de un amigo, al salir busqué a mi mujer y nos fuimos a casa de mi madre donde dormíamos, al fondo, junto a mi hijita que tenía 9 meses. De un matrimonio anterior tenía dos criaturas que dormían con mi madre. A la madrugada, entran, me encandilan. Yo suponía que me iban a secuestrar ya que así lo habían hecho con la gente que conocía. Me golpearon, mientras mis hijos gritaban ¡papito, papito!”, dijo entre lágrimas.
El testigo contó que las torturas comenzaron al segundo día. Los interrogatorios lo hacían militares, así lo supone por el grado de instrucción de esas personas. “Me doy cuenta que estaba en Arsenales porque un día llegó un chico de entre 14 u 15 años que gritando que lo trajeron caminando y estábamos en Arsenales”. Siempre los detenidos – desaparecidos estaban vendados.
Sostuvo que la peor tortura que sufrió fue a través de descargas eléctricas en la cabeza, por lo que terminó con la lengua destrozada. También vio a dos mujeres embarazadas, una de ellas era decana de la Tecnológica por aquél entonces. “Estuve 20 días en el infierno”.
Al finalizar su declaración expresó “los 30 mil desaparecidos dijeron 'juremos con gloria morir'. Nosotros los vivos digamos ' juremos con gloria vivir’”.
Las audiencias se reabren el jueves.
Sebastián Ganzburg
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