De pronto salieron voces en disidencia a cuestionar a la Liga Nacional tras su comprobado éxito en el crecimiento y desarrollo de nuestros jugadores. Hablan de una temporada con “dos torneos cortos” al estilo futbolero. ¡Cuidado!: una cosa es retocar y otra directamente destruir. ¡Cuidado!: no matemos lo que supimos conseguir.
¿Por qué quieren destruir a la Liga Nacional? Liga Nacional: ¿por qué modificar lo que está bien?, escribí en el año 2033 , parece que lo hubiese hecho hoy, dice ORO en Mundo Amateur
No fue fácil concretar la Liga Nacional de Básquetbol en la República Argentina.
No fue fácil tener una competencia anual, estable, larga y federal que abarcara toda la temporada.
No fue fácil convencer a mentalidades anquilosadas y a “guardianes de su quintita” para hacer el cambio revolucionario en la estructura competitiva de todo el país.
No fue fácil agregarles “cantidad y calidad de competencia” a nuestros jugadores. No fue fácil unir a todo el país.
No fue fácil posibilitarle a un club de Neuquén o de Firmat o de Mar del Plata competir en el mismo campeonato, y de igual a igual, con una entidad más conocida de la Capital Federal o de Córdoba o de Bahía Blanca.
Pero se hace desde 1985.
Todo nació de un razonamiento eminentemente técnico: el crecimiento y desarrollo de nuestros jugadores, de hacer para que se enfrentaran los mejores contra los mejores por todo el territorio del país, de potenciar la competencia interna para apuntalar ese objetivo. Vivimos una década del Noventa fabulosa en el logro de los propósitos.
En el 2002, en el Campeonato Mundial de Indianápolis, como resultante de todo eso, escuchamos la explosión que muchos no podían creer, pero que estuvo ahí, al alcance de la mano: estuvimos a un tris de ser campeones mundiales.
Por eso no se entienden a las voces que están hablando de un cambio para establecer el estilo futbolero de “dos torneos cortos”.
Sólo quienes no conocen la historia ni saben los fundamentos pueden intentar destruir a la Liga Nacional después de su hermosa realidad.
¡¿Pero que más pruebas necesitan?!
Sólo quienes no la comprenden pueden buscar la fragmentación que termina siendo perjudicial y nociva. ¿O no lo sufrimos y padecimos ya desde los años Treinta hasta que se implantó la Liga?
Durante una década completa, ininterrumpidamente, antes de la crisis, la Liga Nacional dio pruebas acabadas de la atracción y del equilibrio de su sistema. Nos tomaron como ejemplo los otros deportes en nuestro país. Nos tuvieron envidia. El básquetbol desde el exterior también se sorprendió y nos puso la mira.
¿Por qué entonces ahora quieren matarla?
Un estudioso del tema, Chiche Gornatti, entrenador y analista, me aportó su opinión:
“El objetivo para crear la Liga Nacional de Básquetbol fue el DESARROLLO DE LOS JUGADORES ARGENTINOS.
Para llegar al mismo, previamente se analizaron las necesidades que eran vitales, a saber:
a) Establecer polos de desarrollo en toda la geografía del país.
b) Organizar una competencia LARGA, PAREJA E ININTERRUMPIDA de diez meses de duración.
c) Tener Selecciones Nacionales competitivas en todas las categorías.
El punto b) fue el aporte principal para el logro deseado.
En una competencia larga se consigue que los jugadores desarrollen, no sólo su físico, sino también su mente. El grado de dificultad que proporciona un campeonato con estas características, donde siempre se juega por algo (al menos hasta la temporada 2002 / 03), hace que jugadores y entrenadores CREZCAN DIA A DIA.
Es que se encuentran con permanentes situaciones que coadyuvan a lograr el objetivo: diez meses de viajes; convivencia, entrenamientos, planes de juego, técnica, táctica y estrategia en abundancia, estudio del rival (scouting), exhibiciones de videos, análisis de estadísticas individuales y por equipos para series regulares y para playoffs, reglas de juego, estados de ánimo, agonías, éxtasis, diferencias entre jugadores y / o entrenadores, lucha por mejorar, orgullo por demostrar quién es el mejor, relación con la prensa, trato con los aficionados dentro y fuera de la cancha, jugar siempre bajo presión…
Son muchos condimentos con permanente práctica y replanteo que enseñan a conocer el juego.
Después de tanto esfuerzo, todos aspiran a ser parte del único campeón de la temporada. Sólo con una preparación diferenciada puede soportarse este sacrificio.
Para jugar en la NBA, me decía mi amigo y maestro León Najnudel, hay que tener cuerpo profesional y mente fuerte, porque es una “picadora de carne” con 82 partidos de serie regular más los playoffs, donde obviamente un solo equipo sale campeón.
Hoy, para jugar en la Liga Nacional de la Argentina, las condiciones son idénticas.. Ser parte de la misma no es para cualquiera. Argentinos y extranjeros deben estar preparados para afrontar el largo periplo que significa tener un anillo de campeón o mantener la categoría.
“Ningún camino de flores lleva a la gloria” escribió Jean de la Fontaine (poeta francés, 1621-1695). Esta frase estaba en un cuadro en la casa de León.
Ser parte de la Liga Nacional de la República Argentina es una distinción, porque se ubicó como la mejor del básquetbol de Latinoamérica y una de las más competitivas del mundo.
Si fracturamos a nuestra Liga en dos torneos cortos, todo esto se desnaturaliza, es decir lo que significa el desarrollo de jugadores a través de una competencia tal como fue concebida.
El aficionado es el beneficiario del espectáculo que se origina. La gente debe saber claramente cómo y para qué se juega, lo que ahora no está ocurriendo, ya que se disputan -confundiendo- dos etapas de playoffs con dos pseudos torneos cortos.
La competencia tampoco debe pararse y, sobre cuándo jugar, necesariamente debemos adecuarnos al calendario internacional. El mundo desarrollado avanza día a día, por suerte hoy podemos competir de igual a igual contra todos.
ORO
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff