El acusado Rafael Braga expresó ayer sus últimas palabras para desacreditar testigos y descargar responsabilidad en otros represores, un día antes de la sentencia que se conocerá mañana en el primer juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en Jujuy durante la última dictadura.
"No detuve, no secuestré, no torturé, no trasladé, ni menos asesiné a (Julio) Alvarez García, `pamperito` o `comandante Miguel`", dijo Braga ayer en el juicio donde también están acusados los represores José Bulgheroni y Antonio Vargas.
Este último, por teleconferencia desde
la cárcel bonaerense
de Ezeiza donde está alojado, rehusó utilizar su derecho a
pronunciar últimas palabras e igual temperamento seguiría
Bulgheroni, según anticipó su defensa, aunque el Tribunal insistirá
en preguntárselo hoy a las 14.30, cuando comience la audiencia final.
"Braga sólo reiteró lo que expresó en sucesivas declaraciones indagatorias a lo largo del juicio, sobre todo descargando la responsabilidad (por la que se lo juzga) en otros miembros del Ejército", dijo a Télam el abogado Juan Manuel Sivila, querellante por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Braga sostuvo además que la acusación presentó "testimonios contaminados", que "no fueron imparciales".
Al declararse "inocente", también argumentó en torno a "la responsabilidad directa y de comando" respecto de los delitos investigados, mencionando en ese marco a represores de diversa jerarquía, en su gran mayoría ya fallecidos.
"Hoy empleó un tono de voz bastante más bajo que con el que empezó, supongo que por el nivel de cansancio que debe tener en sostener algo que no es cierto", interpretó por su parte el abogado Néstor Ruarte, uno de los querellante que representó en este juicio oral y público a familiares de las víctimas.
Como Sivila, Ruarte entendió que Braga sólo resumió en sus últimas palabras argumentos anteriores, que ya fueron respondidos en los alegatos de la fiscalía y las querellas en este juicio que unificó varias causas, con más de 40 víctimas de la represión dictatorial, seis de las cuales siguen desaparecidas.
"La riqueza de detalles (de testigos) que sostuvieron la presencia de Braga en el secuestro de Alvarez García dio gran credibilidad a sus testimonios", hasta el punto de que su defensa sólo dijo `sí, vieron a una persona parecida a él pero no era él`", declaró Ruarte a esta agencia.
El querellante confió en que el juicio que culminará hoy llegará a "obtener la verdad real, de lo que sostuvo Inés Peña durante más de 30 años" sobre el secuestro y desaparición de su esposo, Alvarez García, en agosto de 1976.
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