El asesinato de un joven de 19 años a manos de otro de 17 en la ciudad de Sao Paulo desató una ola de pronunciamientos, incluso de juristas y legisladores, a favor de la reducción a menos de 18 años, de la edad de imputabilidad penal para los culpables de asesinatos y otros delitos graves.
El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff rechazó, a través de altos funcionarios, modificar la actual legislación.
"Hay que cambiar las leyes, nadie puede aceptar que la
inseguridad sea algo normal y que debamos convivir con ella cada
día", afirmó la abogada especialista en derecho laboral Marisa
Riello Deppman, madre de Victor Hugo, de 19 años, asesinado el
martes por un adolescente que le disparó a la cabeza.
Lo hizo para robarle un celular y pese a que Victor Hugo no
se resistió al asalto que quedó registrado en una cámara de
seguridad el martes pasado.
El viernes el asesino, que está detenido en un instituto para
menores de edad infractores que no pueden ser juzgados bajo el
Código Penal, cumplió 18 años, hecho que atizó la indignación
popular y motivó una marcha de protesta en la Avenida Paulista,
la más importante de Sao Paulo.
En medio de la conmoción que sacude al país y particularmente al estado de Sao Paulo, su gobernador Geraldo Alckmin anunció que enviará un proyecto de ley al Congreso nacional para reducir la edad penal a través de una reforma del Código Penal y una posible modificación del Estatuto del Niño y el Adolescente, conocido como ECA por su sigla en portugués.
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