Un trabajador es aquel que hace las tareas encomendadas con eficiencia. Un trabajador es el que cumple 44 semanales de trabajo. Un trabajador es el que recibe en tiempo y forma su salario. Un trabajador es el que nunca debería endeudarse para pagar una deuda de otra deuda, porque su sueldo le alcanza para vivir y mantener a sus familia Un trabajador es el que no debe andar rogando en su obra social para que le autoricen órdenes o estudios médicos. Un trabajador no es aquel que debe trabajar más horas para que su empleador siga acumulando sin importarle el deterioro de la salud mental o física de su empleado. El 11 de Abril de 1919 se creó la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con sede en Ginebra. Y sigue funcionando ahí. Lástima que en El Jardín de la República algunos representantes de los trabajadores están con la “ginebra” casi siempre porque nunca se los ve cuando el trabajador los necesita y solo aparecen a la hora de “arreglar” conflictos surgidos por la inactividad de quiénes deberían trabajar todos los días para que los trabajadores que los mantienen tengan una vida laboral más digna. Quizás hoy algunos de esos representantes de los laburantes celebran la creación de la OIT y se acuerden que siguen siendo trabajadores y no patrones. Hasta mañana
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