Moscú anunció ayer que no ayudaría a las empresas que han perdido dinero en Chipre. La Fiscalía chipriota confirmará rumores sobre tráfico de influencias y otros actos de corrupción en el marco de la crisis.
El vicepresidente ruso, Igor Shuvalov, anunció que Moscú tomaría medidas drásticas contra la fuga de capitales a centros financieros extranjeros.
El tipo de bromas que se hacen en muchos países latinoamericanos durante
el Día de los Santos Inocentes, cada 28 de diciembre, se hacen en otras
regiones cada 1 de abril. A veces hasta los medios de comunicación se
toman la libertad de tergiversar noticias en esa fecha, pero siempre
dejando claro que se trata de una picardía y nada más. La situación no
es muy diferente en Europa, en donde la crisis financiera da para
gastarle una broma o dos a muchas personas. No obstante, el Gobierno
ruso no estaba jugando este lunes (01.04.2013) cuando informó que no
ayudaría a las empresas que han perdido dinero en Chipre.
El vicepresidente ruso, Igor Shuvalov, anunció que Moscú
tomaría medidas drásticas contra la fuga de capitales a centros
financieros extranjeros. Quienes tengan más de 100.000 euros en las
cuentas del principal banco de Chipre –muchos de ellos son rusos–
perderán hasta el 60 por ciento de sus depósitos por sobre esos 100.000
euros cuando la Unión Europea (UE) le otorgue a Nicosia un rescate
financiero para evitar la bancarrota de la isla mediterránea. Shuvalov
dijo que casos especiales, como el de las empresas en las que el Estado
ruso es accionista, serán revisados uno a uno, aclarando que para ello
“no sería necesario ayudar a Chipre”.
La Fiscalía chipriota tampoco bromeaba cuando confirmó que investigaría
las acusaciones según las cuales varios políticos y empresarios quedaron
exentos de pagar –total o parcialmente– los créditos recibidos de los
bancos locales. Esas averiguaciones arrancan este martes (02.04.2013),
según el diario alemán Süddeutsche Zeitung. Además, una
comisión creada por el Parlamento tratará de verificar los rumores que
tienen enfurecida a la colectividad chipriota: se teme que, aprovechando
su condición de insiders, profesionales del ámbito bancario
sacaron dinero de sus cuentas justo antes de que las entidades fueran
cerradas por varios días.
La situación de Chipre no es un chiste
El comisario de Economía de la Unión Europea, Olli Rehn, sostiene que el
futuro de Chipre sigue viéndose muy sombrío. El sobredimensionado
sector bancario chipriota tendrá que reducirse hasta 2018 hasta un nivel
considerado normal para la UE, algo que costará crecimiento y puestos
de trabajo. Tampoco está claro si el país encontrará rápidamente un
nuevo modelo de negocio. Las agencias de rating amenazan además
con volver a rebajar la credibilidad crediticia del país sureuropeo y
los expertos creen que Chipre dependerá más tiempo de lo previsto de los
acreedores.
Por ahora, Chipre parece haberse salvado de la quiebra, pero el paquete
de ayuda que recibió de sus socios comunitarios ha sacudido los
fundamentos del euro: los depósitos de los ahorristas ya no se
consideran seguros y los futuros auxilios financieros pueden ser muy
diferentes de lo visto hasta ahora. Todo ello hace aumentar la
inseguridad de los inversionistas y la desconfianza en los bancos, sobre
todo porque más países de la eurozona afrontan problemas similares a
los de Chipre. Ahora es fundamental saber si los acreedores llevarán a
cabo un cambio de estrategia en los rescates.
ERC / DZC (dpa / Reuters / Süddeutsche Zeitung)
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