Cuando los futboleros pensamos que ya nada nos puede sorprender de un crack como Lionel Messi, el rosarino desafía nuestro cómodo sentido del asombro con una gambeta de videojuego, o un algún golazo de afuera del área.
Algo similar pasa con los innumerables récords que el jugador del Barcelona supera por temporada. Son hechos que nos despiertan y nos avisan de que nos estamos enfrentando a un jugador distinto, que va a ser recordado por los libros del fútbol.
Sin embargo, cuando toda regla parece baja para un jugador como él, nos encontramos con un, olvidado por muchos, delantero de Huracán de los años 30 que ostenta un récord que difícilmente pueda superar Lio.
En este caso, ni el tiempo ni las decenas (¿por qué no centena?) de partidos que Messi vaya a jugar para la selección parecen acercarlo a la marca de Herminio Masantonio, el jugador con mejor promedio de gol en la historia de la selección argentina (1,10: 21 goles en 19 partidos).
El tiempo, en este caso, no es un fiel aliado del mejor jugador del mundo: el promedio de gol se reduce si el jugador no marca en un partido que lo tenga en cancha.
Actualmente, el delantero del Barcelona tiene un promedio en la selección de 0,41 goles por partido. La explicación de este número estaría en sus primeros tiempos en la seleccción, cuando muchos le achacaban su falta de gol.
Masantonio, nacido en Ensenada en 1910, comenzó su carrera en el Club Sportivo Villa Albino de su ciudad natal, para pasar luego a Huracán gracias al esfuerzo del mismo Tomas Adolfo Ducó que le vio buen pie, en un momento en el que todos buscaban shoteadores que inflaran redes rivales. Masantonio después le devolvería el favor convirtiéndole tres goles a Quilmes en su debut, y posteriormente transformándose en el máximo goleador histórico del "Globo".
Fumador de pitadas largas y fanático de los tango de "Pichuco", Masantonio tenía características bien diferentes a las de Messi. Emilio Baldonedo, otro histórico de Huracán, lo definió como un jugador "sin gran habilidad, ni gran clase", pero destacó su potente cabezazo y su garra en los partidos calientes: "De esos para ganar partidos, para reaccionar en la derrota, para contagiar a todo un equipo", definió Baldoneo en una nota a la revista "El Gráfico".
Con la selección, Masantonio ganó el Campeonato Sudamericano de 1937 y 1941, y fue el máximo goleador en los Sudamericanos de 1935 y 1942. Se retiró a los 35 años, con 259 goles en 367 partidos en Primera División, y un merecido tercer puesto entre los goleadores históricos de la primera división argentina.
Hay una frase gastada que dice que "los récords fueron hechos para romperse". Con la aparición de jugadores de la talla de Messi uno no duda que, tarde o temprano, esta frase termine amoldándose al curso de los hechos. Sin embargo, siempre está la esperanza de algunos románticos que preferimos que quede algún resquicio desde donde rescatar el nombre de gigante
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