En Chipre los bancos siguen cerrados y se mantiene la tensión para los ahorristas. La emisora Deutschlandfunk (DLF) conversó al respecto con Ansgar Belke, catedrático de la Universidad Essen-Duisburg.
Preocupa el gran parecido con lo ocurrido en Argentina en el 2001 con fuga de capitales.
DLF: ¿Puede imaginar una vida sin bancos o lo que está viviendo en este momento la población chipriota que tiene acceso limitado al dinero?
Ansgar Belke: Sí, puedo imaginar muy bien la angustia de estas personas. Como economista tengo presente todavía el ejemplo de Argentina, en donde hubo situaciones casi violentas frente a las casas bancarias cuando la gente necesitaba dinero para sus transacciones cotidianas. Islandia es otro ejemplo y también Checoslovaquia, cuando el sistema cambió. En este caso se dispuso un corralito y también controles de flujo de capital.
¿Tiene sentido, en su opinión, que se haya postergado la reapertura de los bancos en Chipre? ¿No es un factor de inseguridad adicional?
Efectivamente. Debemos recordar que entre las libertades fundamentales de la Unión Europea está la libre circulación de capital, una de las bases de la unión monetaria. Chipre ha dado con ello un primer paso hacia fuera de la eurozona.
¿Y la postergación de la apertura de los bancos?
Creo, y hago alusión a una conversación que tuve con el ex ministro argentino Domingo Cavallo, que es mejor poner un día más de vacaciones para los bancos que poner nerviosos a los mercados con controles de flujo de capital y corralitos.
¿No se pudo haber pensado en ello con antelación?
Se pudo haber preparado mejor, pero son medidas que van de la mano con lo que se ha acordado. Y en realidad son mejores que lo que se esperaba hace una semana. A corto plazo, inevitablemente nos vemos ante una elección entre la peste y el cólera.
¿Cómo se puede evitar que cuando los bancos vuelvan a abrir sus puertas vivamos escenas como las de Argentina? ¿El control de los flujos de capital es una medida apropiada?
Los controles de flujo de capital tienen que tener lugar. El problema está en que justo los grandes inversionistas tienen la posibilidad de eludirlos. Los observadores del Banco Central Europeo han detectado que los saldos en Target (sistema de transferencias transeuropeas de liquidez automáticas) han aumentado y que a través de ello, un número considerable de grandes inversionistas han sacado el capital del país. Estamos frente a un problema de permeabilidad.
Por otro lado hay que contar con que el ruso acaudalado hace desde hace semanas giros por 99.999,99€, es decir la suma justo por debajo del límite de la ley contra el lavado de dinero. ¿También en Chipre se agarrará al pequeño y se dejará escapar al pez gordo?
Posiblemente. A los pequeños les es muy costoso salir del país con su dinero. Para los grandes también será un problema, la desconfianza crece. Los grandes inversionistas en otros países de la eurozona –justo con depósitos mayores a los 100.000€ y los depósitos no asegurados en países como Grecia y España- tendrán problemas y van a intentar sacar su dinero. Esto desestabiliza a la eurozona en su totalidad. El gran capital, por otro lado, tiene muchas ventajas pues –justo en el marco de los grandes bancos- tienen la posibilidad de transferir su dinero a través de sus plataformas de inversión (family offices) a los paraísos fiscales. Esto es un problema nuevo.
Casi todos los observadores cuentan con el fin Chipre como centro financiero. ¿Usted también?
Sí, estas medidas lo impactarán mucho y el hecho de que esta vez se apunte contra los que responsables es una línea nueva en nuestra política de salvataje…
¿Le parece buena esta nueva línea?
En principio, sí, pues se apunta a los responsables y al contribuyente se lo deja fuera. Los que quieran invertir en un país como Chipre tendrán que asumir un riesgo mayor y mayores intereses. Esto devuelve confianza a los mercados. Esta solución es mejor que la definida para Irlanda, donde se anunció que se haría un bail-in, es decir que se convertiría en accionistas a los acreedores. Finalmente, de la misma manera que en España, se los dejó fuera y fue el contribuyente el que asumió las garantías del Mecanismo de Estabilidad.
Si Chipre ya no puede ganar dinero con negocios financieros, ¿qué puede suplir esa pérdida para la economía del país?
En el ejemplo de Irlanda –que sufrió un proceso semejante- se puede ver que tenían mucho que ofrecer en el ramo de la industria manufacturera; pero no es el caso en Chipre, su porcentaje en el producto interno bruto es muy limitado. Por otro lado hay que decir que sólo el cinco por ciento del empleo corresponde a la banca, pero que no se cuenta como en Islandia con agricultura o pesca. Estamos muy lejos de una recuperación, pues las recesiones representan también costos adicionales. La Troika se encuentra analizando cómo poder ayudar a Chipre.
Autora: Ute Belty (mb)
Editora: Emilia Rojas
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