El dirigente radical Hipólito Solari Yrigoyen declaró ayer en el juicio de lesa humanidad por las torturas padecidas y por la muerte del abogado y militante radical, Mario Abel Amaya, ambas ocurridas durante la última dictadura cívico militar, en la Unidad Penitenciaria 6 de la ciudad de Rawson, Chubut.
"Es difícil encontrar una explicación racional a hechos irracionales", destacó Solari Yrigoyen, ex senador nacional por la Unión Cívica Radical por Chubut al momento del golpe cívico militar de 1976, en el juicio que comenzó ayer en esta ciudad y cuyas primeras audiencias siguen hasta el día de mañana en el Cine Teatro Municipal Rawson.
Solari Yrigoyen, dos veces senador nacional, fundó junto a Raúl Alfonsín el Movimiento de Renovación y Cambio y participó del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas entre 1999 a 2002, relató ante el Tribunal los hechos ocurridos hace 36 años.
"Tanto Amaya
como yo fuimos secuestrados en esta provincia en 1976, a mí me
secuestraron en mi casa de Puerto Madryn, donde vivo actualmente la
madrugada del 17 de agosto de ese año mientras dormía", y caracterizó
a ese operativo como una "invasión militar", en el que lo
subieron al baúl de un auto "con las manos atadas
atrás".
De esa manera y "con los ojos vendados" fue llevado en avión militar a la Base Aeronaval de Bahía Blanca, y de allí al centro clandestino de detención "La Escuelita", y junto a Amaya fueron devueltos a Bahía Blanca, encarcelados en Villa Floresta, mientras que más tarde los llevaron al penal de Rawson, donde sufrieron torturas.
Durante la declaración que se extendió hasta cerca de las 12 del mediodía, Solari Yrigoyen se emocionó cuando recordó la última vez que vio a su amigo, el militante y abogado de presos políticos, Mario Abel Amaya.
"La única y última vez que vi a Amaya ya estando los dos en el Penal de Rawson, nos saludamos. Le dije `¿que tal petiso, cómo estás, y él me dijo `vos estás negro, haciendo referencia a que estaba así producto de los golpes´", precisó con la voz quebrada.
Solari Yrigoyen explicó que antes de llegar a ese penal de Rawson como detenido y donde fue derivado junto a Amaya a la celda "Los Chanchos", que "era conocida como el lugar de los castigos", había estado en ese penal como abogado defensor de presos políticos.
En ese sentido, describió que junto a Amaya sufrieron "los mismos tormentos, el mismo calvario, ya que nos mojaban para dormir, nos golpeaban, nos obligaban a correr, lo que para Mario Abel fue tremendo porque era asmático, así que eso fue el principio de su muerte", aseveró.
Luego Amaya fue trasladado a la cárcel de Devoto, donde al visitarlo
su madre no lo reconoció, producto del estado en el que se encontraba
luego de los golpes recibidos, y allí murió el 19 de octubre de 1976 a
causa de las torturas.
Mientras que Solari Yrigoyen logró sobrevivir a las torturas, y
fue "expulsado de este país, no me fui por propia voluntad" y su testimonio
es clave para los hechos que hoy se están juzgando.
Al finalizar su declaración, Solari Yrigoyen expresó que "pese a todos los sufrimientos, el exilio, jamás varié mi conducta y sigo y seguiré peleando por los derechos humanos de los demás" y en diálogo con la prensa, resaltó la importancia de este juicio porque "el peor enemigo de los derechos humanos es la impunidad".
En el auditorio se pudo ver al diputado radical Juan Pedro Tunessi y el ex senador radical Carlos Pérez Gresia para escuchar el testimonio de Solari Yrigoyen; como así también alumnos de quinto año de la escuela ubicada en el Barrio Amaya de Trelew.
El juicio continúa esta tarde a las 16 en el cine teatro municipal con más testimonios, entre ellos el de la mujer de Solari Yrigoyen, mientras que mañana lo hará su hijo mayor Hipólito Solari Yrigoyen.
Las audiencias de este juicio en las que se escucharan declaraciones de casi 40 testigos seguirán hasta el mes de junio.
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