El presidente del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Joaquim Barbosa, que alcanzó popularidad por su actuación en el proceso que condenó a ex ministros de Lula da Silva por corrupción, afirmó ayer que la sociedad perdió la paciencia con los políticos.
Criticó al Poder Judicial por ser tolerante con la delincuencia y propuso mano dura con los delincuentes.
"La sociedad está cansada de los políticos profesionales",
afirmó el magistrado durante un encuentro con corresponsales
extranjeros en su amplio despacho en el Supremo Tribunal
Federal, junto a la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia.
Barbosa fue indagado sobre la "judicialización de la
política", un tema que ha causado roces con senadores y
diputados que lo acusan de "invadir" al Poder Legislativo.
La judicialización de la política "no perjudica, por el
contrario, yo considero que el trabajo desarrollado por este
tribunal ha buscado perfeccionar al sistema político.
¿Imagínense lo que sería el sistema político brasileño si las
decisiones cruciales de este país fueran tomadas sólo por el
Congreso?", preguntó el magistrado.
Citó como ejemplo que el Legislativo dejó pasar por alto a
miles de vetos presidenciales en la última década, rehuyendo a
su responsabilidad constitucional de controlar al Ejecutivo.
Todo ello "expresa la fragilidad de un sector importante del
Poder Legislativo de nuestro país", donde gran parte de los
congresistas sólo piensan en mantenerse indefinidamente en su
cargo.
"Hay parlamentarios que están durante 30, 40 años en el
Congreso, y nadie propuso ponerle un límite a eso", puntualizó
el juez, quien aseguró que la morosidad de la Justicia
"beneficia a las personas corruptas del sistema político".
Barbosa fue el relator de la llamada "megacausa del Mensalao"
que en 2012 juzgó durante cuatro meses a altos funcionarios del
gobierno de Lula da Silva y dirigentes del oficialista Partido
de los Trabajadores.
El Mensalao, según la Procuraduría General de la República,
fue el mayor sistema de corrupción política descubierto en los
últimos años, por medio del cual fueron sobornados congresistas
y hubo lavado de dinero público.
José Dirceu, que fuera el hombre fuerte del gobierno de Lula,
y José Genoino, ex jefe del PT, fueron dos de los condenados por
el alto tribunal que votó mayoritariamente el parecer de
Barbosa, duramente criticado por ese partido al cual pertenece
también la presidenta Dilma Rousseff.
Barbosa afirmó ayer que confía concluir con todo el proceso en julio. "Espero haber tratado todos" los temas pendientes sobre el proceso hasta julio, esto es haber juzgado "los recursos, solucionado los problemas de plazos, que todos los ministros hayan votado los recursos" presentados por los abogados de los 25 condenados, añadió.
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