AMPLIARDe vuelta a clases

26/02/2013 - Por Sebastián Ganzburg

Con las clases, los discursos

El inicio de clases trae aparejado diversas sensaciones, esta vez no faltaron las discusiones hogareñas por si empezaban o no, el chico que no quiere volver, el obsesivo que no ve las horas de reencontrarse con sus compañeros. Ya en la escuela, el discurso, siempre en tono agudo, de la señorita directora, atravesado por el absurdo, claro está.

Algunos privados, muy pocos, comenzaron el ciclo lectivo el lunes, como anunció el benemérito Ministerio de Educación. El resto como todas las escuelas públicas se plegaron al paro. Por eso el cien por cien de las escuelas abrieron sus puertas ayer. Tantas caras felices como largas porque están los chicos a quienes les encanta la escuela, otros que detestan la institución educativa y un sector que porta un sentimiento de indiferencia, sabia. 

El inicio del ciclo lectivo trae aparejado el tristemente célebre discurso de la señorita directora. De punta en blanco y con los infaltables tacos. Toma aire y con un sonido de agudeza extrema comienza su alocución: 

-         Alumnos, se inicia un nuevo año y ustedes estarán contentos de volver a verse con sus compañeritos. Sin embargo, cuando la señorita Susana les dio la bienvenida, muchos de ustedes estaban conversando y a más de uno lo vi macaneando con el celular y a otros con el chupetín en la boca. Sepan ustedes que a la escuela se viene a aprender y a respetar, sobre todo, a nuestro cuerpo docente que se esmera (dedo en alto) por darles lo mejor para que ustedes sean personas de bien.

Este año, les anticipo, que nadie podrá faltar. Por resolución del Ministerio de la Provincia nadie puede faltar sino justifica. A la segunda inasistencia seguida se les enviará un asistente social para que corrobore porqué motivo no vienen a la escuela.

Por otro lado, no se asusten si por los patios ven alguna ratita muerta. Esos animalitos nos invadieron en las vacaciones, y hace una semana que fumigamos con recursos de la escuela porque la plata que nos envía el Ministerio no llegó todavía. Pero estamos seguros que no tardará en hacerlo. Parece que las ratas invadieron toda la zona, especialmente la Plaza Belgrano.

Les deseo un buen año. A portarse bien. Y ahora hagan silencio que se despide la bandera de ceremonia.

En voz baja, dándose media vuelta, la señorita directora, le grita a la encargada del sonido.                

-         ¡Ahora!

Al ritmo de la Marcha a la bandera los alumnos caminan a sus aulas, que con ese característico olor a lápiz, cartuchera y plasticota los espera. 

Comenzaron las clases, comenzaron los discursos. El absurdo transcurre sin prisa… 

Sebastián Ganzburg