La justicia chilena excarceló ayer, pero impidió salir del país, a tres conscriptos bolivianos detenidos hace un mes por ingresar armados a Chile, y a uno le dio prisión domiciliaria nocturna, en un fallo que provocó duras acusaciones entre los gobiernos de ambos países.
"La pena que arriesgarían (en caso de ser culpables) sería mínima", justificó el juez de garantías Rodrigo Hernández al decidir que los uniformados puedan abandonar el penal de Pozo Almonte, en el norte de Chile.
La medida, resistida por la Fiscalía chilena, decretó que los militares
Alex Choque y Augusto Cárdenas quedaran en libertad y con arraigo
nacional, es decir, impedidos de abandonar Chile.
El otro implicado, José Fernández, quedó con arresto domiciliario
nocturno debido a que está acusado de haber ingresado a Chile portando
un fusil.
El militar cumplirá la sanción en casa del diputado comunista Hugo Gutiérrez, en Iquique, informó la agencia noticiosa DPA.
La Fiscalía ahora tiene 10 días para presentar la acusación, a menos que
los gobiernos negocien una salida alternativa, como la expulsión, que
es rechazada por La Paz, ya que considera que el ingreso a Chile fue
"por error" en persecusión de contrabandistas, y en cumplimiento de
acuerdos internacionales de lucha contra el crimen.
Por ese motivo, el presidente boliviano, Evo Morales, elogió la decisión
de los tres conscriptos de negarse a aceptar un juicio acelerado, que
permitiría la expulsión inmediata a Bolivia de dos de ellos y en pocos
días del tercero.
Por el contrario, el canciller chileno, Alfredo Moreno, cuestionó que
los militares capturados hubieran cruzado armados la frontera sin saber
lo que hacían, y responsabilizó al gobierno boliviano por prolongar el
conflicto, al rechazar el abogado defensor de los detenidos la opción de
juicio abreviado.
Moreno criticó que Bolivia trate como "héroes" a los detenidos, y
demandó que el Estado boliviano provea tecnología a sus militares. "Hoy,
cualquier teléfono celular tiene un GPS; es lo más sencillo de
solucionar este tipo de problemas", dijo.
El jefe de la diplomacia chilena afirmó que "el problema fue causado por
Bolivia" porque "son soldados de Bolivia que han ingresado a Chile por
un paso no habilitado, en forma ilegal, con armas de guerra,
eventualmente han disparado en nuestro territorio, esto era parte de un
grupo mayor, estuvieron muchas horas dentro de Chile".
"Hoy podríamos haber cerrado este caso con dos soldados de regreso a
Bolivia y el tercero que podría haberlo hecho en muy poco tiempo;
desgraciadamente, han primado otros intereses", dijo el canciller en
rueda de prensa tras reunirse con el presidente Sebastián Piñera en La
Moneda, sede del Ejecutivo, reportó la agencia EFE.
Por su parte, Morales dijo hoy que se sentía "orgulloso" por el
comportamiento de los soldados, que con "mucha dignidad y humildad"
decidieron rechazar las salidas alternativas planteadas por la Fiscalía e
ir a un juicio penal para demostrar su inocencia.
A su juicio, Piñera pretende "descargar toda su ira y su rabia contra
tres conscriptos", por lo que pidió a su homólogo que tome "venganza"
contra él y no contra los conscriptos, consignó la agencia estatal
boliviana ABI.
"Que el presidente de Chile sea más caballero y si quiere vengarse que
se vengue con Evo y no con tres conscriptos; le pido por favor que sea
responsable, yo creo que es una actitud tan cobarde vengarse con tres
soldados, aquí la lucha no es de los tres soldados que son parte del
pueblo, la pelea es de gobierno a gobierno para recuperar el tema del
mar", dijo.
El tema, que encabeza las primeras planas de los diarios de Bolivia y
Chile, acentúa la tensión existente entre ambos países por el centenario
reclamo boliviano de recuperación de una salida soberana al mar,
actualizado por el contrapunto que Piñera y Morales sostuvieron durante
la reciente cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (Celac).
Precisamente, la detención de los tres conscriptos se produjo
simultáneamente con la realización de esa cumbre, junto a otra con la
Unión Europea, ambas celebradas en Santiago.
Chile y Bolivia, que sólo mantienen relaciones diplomáticas al nivel de
cónsules desde 1978, mantienen una compleja relación desde la guerra de
1879-83, en la que el primer venció a una alianza peruano-boliviana y
anexó miles de kilómetros cuadrados de territorio, rico en minerales y
recursos pesqueros.
Bolivia, que perdió su salida al Pacífico en esa conflagración, firmó en
1904 un tratado aceptando los límites posteriores a la guerra, acuerdo
que hoy Morales busca modificar.
Chile rechaza hasta ahora ceder territorio y modificar su frontera.
Además, cualquier acuerdo chileno-boliviano debe ser aprobado también
por Perú, país con el que Santiago mantiene otro conflicto de límites
marítimos en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
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