“A nosotros, nuestra marca propia nos permite tener cierta incidencia porque somos elaboradores de muchos de los productos que vendemos, y para el consumidor es una alternativa de calidad y con precios accesible frente a las grandes marcas”, destacó el gerente de compras de la Cooperativa Obrera de Bahía Blanca, Juan Carlos Deambrosi, en alusión a Primer Precio, la marca compartida con la cadena de supermercados Toledo y 18 pequeños comercios adherentes de todo el país.
La semana pasada, la Secretaría de Comercio Interior y la Asociación de Supermercados Unidos acordaron no aumentar los precios hasta abril. Se sumaron a la iniciativa, la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA), 3 mil autoservicios y supermercados chinos del país nucleados en la Cámara Empresarial de Desarrollo Argentino y Países del Sudeste Asiático (Cedeapsa) y las principales cadenas de electrodomésticos.
Consultado por medios del sector cooperativo, el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Hugo Yasky, expresó: “El Estado quedó mutilado, disminuido en su capacidad de intervenir en la vida económica del país, entonces es muy importante la apuesta al crecimiento del sector cooperativo”.
“La Cooperativa Obrera, por ejemplo, es la principal empresa de consumo de la zona en un sector geográfico en donde compite con multinacionales y cadenas locales. Allí, justamente, uno nota como se regulan los precios porque la forma de organización cooperativa para adquirir productos de primera necesidad es un instrumento fundamental”, explicó Rodolfo Mangas, vocal suplente de El Hogar Obrero, al programa radial Fabricando Alternativas Mataderos de Frecuencia Zero (FM 92.5).
Los números del consumo
Según un informe de la Consultora Nielsen publicado a principios de este año, el 78,4 por ciento del mercado en Argentina se concentra en las manos de seis grandes grupos supermercaditas.
En cuanto a las cadenas regionales, que incluye hipermercados, supermercados y autoservicios, la Cooperativa Obrera tiene el 1, 8 por ciento del mercado, frente a las cadenas comerciales Átomo (1,7) y Toledo (0,6).
Según datos brindados por la empresa bahiense, la economía social y solidaria posee el 4 por ciento del mercado minorista de consumo del país. El 2,5 por ciento pertenece a la Cooperativa Obrera; mientras el 1,5 por ciento restante está en manos de cooperativas agrarias o de servicios con sección de consumo.
La Cooperativa Obrera, fundada el 31 de octubre de 1920 en el suroeste bonaerense, desde 2003 logró desarrollo y expansión en 50 ciudades de cuatro provincias: Buenos Aires, Río Negro (14 localidades con 21 sucursales), Neuquén (en 2 localidades con 8 sucursales) y La Pampa (en 4 localidades con 5 sucursales).
Actualmente, la empresa ya tiene presencia en 20 localidades con 104 sucursales: 39 autoservicios, 60 supermercados, 5 hipermercados; y llega a un millón 500 mil consumidores, con más de un millón de asociados. Además, cuenta con elaboración de cuatro marcas propias, tarjetas de crédito propia y abierta con 11 mil comercios adheridos.
Hogar Obrero, 100 años de historia
El Hogar Obrero es un emblema de la economía social en el país. Con la primera matrícula del Registro Oficial de Cooperativas, impulsan la construcción de viviendas de forma asociativa desde 1905. Hasta la década del 90, tuvo alrededor de 2 millones de asociados, con una red de supermercados (Supercoop) y 300 sucursales en todo el país. Llegó a ser la sexta empresa más importante del sector de servicios a nivel nacional.
Sin embargo, durante el menemismo y tras el Plan Bonex, perdió cerca del 70 por ciento de su capital. El marzo de 1991 entró en concurso de acreedores para salvarse de la quiebra. Desde ese momento tuvo que hacer frente a problemas financieros. Hasta que en 2005 se inició la etapa de recuperación que tiene como símbolo al complejo habitacional en construcción en la localidad de Paso del Rey, en el partido bonaerense de Moreno, mediante la entrega de préstamos personales.
Mangas también remarcó el rol de las cooperativas de consumo para fijar precios y destacó el trabajo que El Hogar Obrero desempeñó en la década de los 80: “El Estado reconoció a la empresa mediante el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), y reconoce, respecto a créditos y consumo, que por allí se puede encontrar salida a través de la organización de consumidores en cooperativas”.
Y ante la consulta de este medio, propuso: “Los consumidores tenemos que organizarnos y crear cooperativas de consumo. Para hacer frente a la concentración de unos pocos y a los marcadores de precio, hay que replicar experiencias como la del Hogar Obrero y la Cooperativa Obrera en Bahía Blanca. Es un buen momento para replantearnos como consumidores”.
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