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08/02/2013 - Megacausa Jefatura II - Arsenales II

"Decían que era una guerra, yo lo viví como una cacería humana"

Expresó Juana Rosa Peralta a quien secuestraron en marzo de 1976. Tuvo un hijo, quien “nació todo quebrado por tantos golpes que me daban”, dijo en su conmovedor testimonio.

Los juicios de la verdad siempre conmueven, muchas veces los testimonios son tan aterradores que superan cualquier escena de terror. Ya son varios los juicios que como cronistas me tocó, sin embargo no dejan de movilizarme. Algunas veces más que otras y el testimonio de este viernes de Juana Rosa Peralta es uno de ellos.

Es esposa de Manuel Francisco Pedregoza, ferroviario, detenido desaparecido la noche anterior al 13 de marzo de 1976, luego de su cumpleaños. La fecha indicada es precisamente el día que la secuestran a Juana. Por momentos su voz se quebraba al recordar esos horrendos momentos. 

Primero estuvo en Jefatura de Policía, luego en la Escuela de Educación Física. Allí “Lo ví a mi marido con el abdomen negro de tantas quemaduras”, dijo en su relato. “Quedamos en que nos reconoceríamos tosiendo, hasta que un día tosí y nunca más respondió”. 

En su impactante descripción la testigo manifestó: “decían que era una guerra, yo lo viví como una cacería humana”. Al momento del secuestro tenían una hija de 8 meses que quedó con la abuela.

Luego la trasladaron a Villa Urquiza, la recibió los policías Hidalgo y Carrizo. De ahí pasó en un Hércules, en cuclillas a Villa Devoto. Las torturas nunca cesaron, a pesar de estar embarazada. En junio la liberaron. “En el Hospital de Velez Sarfield, supongo por ser el más cercano al penal nació mi hijo todo quebrado de seis meses y medio con 1.50 kilos, hasta el día de hoy tiene secuelas, en una pierna”. 

Juana también contó que en cautiverio vio a Dora Pedregoza, su cuñada. Tampoco era militante. El marido de Juana tenía un hermano también detenido desaparecido que militaba en el ERP. 

El testimonio de Juana fue escalofriante. A pesar de su embarazo sufrió innumerables torturas que casi le cuesta la vida de su hijo. Sin estar involucrada en política la secuestraron junto a su compañero de vida,. “Desde hace más de 36 años que lloro la ausencia de mi marido es una mochila que no puedo quitármela”. Recuperó su libertad 3 años luego de ser secuestrada.

Sebastián Ganzburg