El filósofo Darío Sztajnszrajber propone los domingos a las 22 a través del canal Encuentro, “El amor al cine”, un ciclo donde 32 reconocidas películas ayudan a descubrir diversas miradas filosóficas sobre el amor.
“Queremos recuperar una serie de películas a partir de un eje conceptual que las unifique y permita un análisis que las complemente”, explica Sztajnszrajber a Télam
El filósofo que está emprendiendo una profusa labor mediática que empalma con su labor docente, considera que “hay mucho cine que puede ser recuperado contando una historia, encontrando ejes que lo ponga en una dimensión diferente”.
Consultado acerca de una programación fílmica que incluye títulos como “Las alas del deseo”, “Contra la pared” y “Los amantes del círculo polar”, señala que la selección “se hizo fundamentalmente pensando en la diversidad de amores y de conflictos sobre el amor; en la pluralidad de orígenes de las películas, y sobre todo en escaparle a los finales felices y al cine meloso sobre la temática”.
En el mismo sentido, el conductor del programa “Mentira la verdad” (cuyas dos temporadas también se vieron por Encuentro), subraya que “aunque algunas de estas películas terminen `bien´ en el sentido tradicional, tratamos de proyectar películas que muestren la complejidad del amor y sus diferentes itinerarios”.
Entre los títulos reunidos también figuran “La joven Jane Austen”, “París, Texas”, “Antoine y Colette”, “Shakespeare apasionado”, “Sid y Nancy”, “Hable con ella”, “Generación X” y “Annie Hall, dos extraños amantes”, además de los largometrajes argentinos “Buena vida (delivery)”, de Leonardo Di Césare; y “El amor (primera parte)”, de Alejandro Fadel, Martín Mauregui, Santiago Mitre y Juan Schnitman.
De todas esas películas ¿hay alguna que sea claramente tu favorita?
“Las alas del deseo”, claramente. Una película tremendamente existencial que hace del amor algo mucho más trascendente que un vínculo entre personas, ya que lo conecta con toda una decisión de transformación de la vida que se vive a diario. Además, por ser una película que me encantó en mi adolescencia y que me sigue interpelando tantos años después.
¿Considerás que el cine, por alcance y potencia, es el arte más completo para desarrollar diferentes líneas de pensamientos?
No, sigo pensando que la escritura todavía posee alcances inauditos para la problematización que podemos hacer de las cosas. Hay una sinuosidad en la escritura que permite al lector ir y venir con sus tiempos y rebotes.
Tal vez todavía no hemos sabido pensar las prácticas de consumo de cine de este modo. Todavía vemos cine de una, necesitamos ver la película desde el principio y hasta el final sin cortes. La literatura y en especial la literatura ensayística tiene otros tiempos que son los que se toma el lector para poder hurgar en la diversidad de líneas de pensamiento.
¿Qué ligazón hallás entre el amor y la filosofía?
La filosofía es amor al saber, pero sobre todo amor. Poner más el acento en el amor que en el saber es hacer de la filosofía un ejercicio abierto de búsqueda inacabable. Tanto en el amor como en la filosofía estamos buscando algo, aun sabiendo que en su formulación definitiva nos resulta imposible.
¿Qué otros proyectos tenés para 2013?
En abril volvemos al Konex con “Desencajados: Filosofía+Música”, una increíble experiencia de diálogo entre la filosofía y la música. Y continúo con la columna de filosofía en “Gente sexy” que Clemente Cancela hace en Rock&Pop de lunes a viernes de 16 a 18.
¿Se viene una tercera temporada de “Mentira la verdad”?
Viene lenta, pero se viene. No sé si se llegará a estrenar en el 2013, pero la idea de Encuentro es que haya una tercera temporada.
¿Le parece un “milagro” que se esté hablando de filosofía en los medios? ¿A qué lo atribuye?
Se fue volviendo un discurso con más llegada. Creo que la brecha que abrió (José Pablo) Feinmann se ha podido expandir y hoy entre los que hacemos filosofía y los que incluyen temática filosófica, se está abriendo un tipo de figura del pensamiento que realmente nos permite trazar nuevos rumbos como sociedad.
No sé si eso ayudará o no a transformar la realidad, pero seguro que permite abordar formas diferentes de pensarnos y en especial formas que abren, que emancipan, que desnaturalizan.
¿Cómo opera este auge del pensamiento filosófico en una sociedad que, por otro lado, está atravesada por fuertes corrientes que todo el tiempo parecen obligarnos a elegir entre dos opuestos?
La filosofía pretende romper con esas dicotomías. La filosofía no puede ser fanática y mucho menos caer en un pensamiento binario. Todo puede ser pensado de otra manera. Y la principal “otra manera” es buscar no incurrir en un pensar calculatorio que todo lo piensa en términos de los propios y los otros. Todos somos primero otros. Esa es una buena manera de empezar a salirnos de nosotros mismos que es la principal limitación que nos aqueja en una sociedad individualista.
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