En la competencia global por las materias primas, Chile es considerado un socio estratégico en el suministro de minerales necesarios para la fabricación de productos de alta tecnología.
Alemania, al igual que Japón, es un país industrializado pobre en materias primas como metales y minerales, y su futuro como polo de desarrollo de nuevas tecnologías depende del suministro de estos recursos.
Durante la reciente visita de la canciller alemana Angela Merkel a Chile fue suscrito un convenio para ampliar y diversificar la explotación y procesamiento de materias primas. “Esta declaración conjunta da un marco institucional a la intención de dar una nueva calidad a las relaciones en el ámbito minero, que ambos países tienen interés en ampliar y diversificar, formando capital humano para una minería más sustentable, más productiva y eficiente”, afirma Cornelia Sonnenberg, gerente general de la Cámara Chileno-Alemana de Comercio (CAMCHAL), en conversación con DW.
Desde el año pasado fue creado en Santiago de Chile un centro para impulsar una iniciativa gubernamental en el ámbito de materias primas. “La industria alemana, que es de muy alta tecnología, requiere de crecientes cantidades de metales y no metales para sus productos. Todo el tema de las energías renovables consume muchos elementos muy específicos, que no siempre existen en suficiente cantidad o a los que no siempre existe acceso en los mercados de manera libre y con precios transparentes”, añade la experta.
Tierras raras
Chile cuenta con un 36% de las reservas mundiales de cobre, es el principal productor de litio en el mundo y sus salares en el norte proveen yodo y boro. También se cree que cuenta con las llamadas “tierras raras”, fundamentales para la elaboración de productos de alta tecnología -como pantallas planas, automóviles eléctricos, teléfonos inteligentes- y necesarias en el desarrollo de “tecnologías verdes”.
La preocupación por el abastecimiento de materias primas originó que un grupo de multinacionales y empresas de alta tecnología alemanas crearan hace un año una llamada “alianza para las materias primas” (Rohstoffallianz). Entre los fundadores se encuentran grupos del sector automotriz, química, metales y de la industria pesada, como BASF, Bayer, Aurubis (productor de cobre), Wacker, Evonik, Bosch, Thyssen-Krupp, BMW y Daimler, entre otros. “La fortaleza de las empresas alemanas es el know how, el desarrollo tecnológico. No tiene sentido comprar una mina que implica grandes riesgos y amarra un capital de miles de millones y recorta las capacidades de investigación”, afirma Sonnenberg.
“La discusión en torno a las materias primas involucra a toda Europa. Alemania estableció una estrategia para las materias primas que formula el interés general que tiene el país y su industria en este tema. Se resume en defender el libre comercio, libre acceso y libre mercado, y la continuidad del suministro así como la transparencia en la conformación de precios”, explica la experta.
Alemania, ejemplar
Alemania es vista como un ejemplo, sobre todo por países como el Reino Unido que prácticamente se ha transformado de un país generador de productos de alta tecnología, en uno proveedor de servicios, sobre todo financieros. El ministro del Exterior británico. William Hague, se mostró preocupado por la dominancia de China en el suministro de “tierras raras”, durante una reciente visita a Berlín. El país asiático, que devora materias primas en su vertiginoso desarrollo, importa más de ellas de las que exporta y es el principal proveedor mundial de "tierras raras".
A raíz de las limitantes recientes que impuso Pekín a las exportaciones de estos minerales, los precios en los mercados internacionales se han disparado, lo que provocó una demanda conjunta ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. La competencia global por las materias primas ha provocado que otros países europeos, como Francia, Holanda y Austria sigan el ejemplo alemán estableciendo iniciativas similares.
Herwig Marbler, especialista de la agencia alemana para las materias primas (DERA), trabaja en la investigación de “tierras raras”, campo en el que se prevé que puede haber una fase de escasez . Se cree que Chile cuenta con reservas, pero es necesario destinar recursos a su exploración.
El experto señala que por ahora se dará prioridad a los puntos formulados en el acuerdo, en el que también figuran cuestiones prioritarias para el país andino, como el futuro suministro de energía, agua y protección al medioambiente. “Chile tiene un problema de escasez de energía, misma que tiene que importar. Para las nuevas tecnologías eso significa un mercado con un gran potencial”, afirma.
Autora: Eva Usi
Editora: Emilia Rojas
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