El joven periodista argentino Federico Bianchini ganó hoy el Premio Don Quijote de Periodismo, por su crónica "El supremo anfibio", un perfil del juez de la Corte Suprema de Justicia Eugenio Raúl Zaffaroni, publicado en la revista digital Anfibia, donde revela un costado íntimo del magistrado: su afición por la natación.
Bianchini (Buenos Aires, 1982), también subeditor de Anfibia, recibió un mail de una de las colaboradoras anunciando que era el reciente ganador de la distinción española, dotada con 9.000 euros (casi 12.000 dólares) y que premia la calidad lingüística y la buena utilización del idioma español.
"Me había olvidado de la carta que mandé a los premios, pasaron varios
meses, me fui de vacaciones y no tuve noticias hasta hoy", cuenta el
periodista, que, aún sorprendido, le cuesta creer que realmente ganó.
El artículo por el que fue premiado, "El supremo anfibio", fue publicado
el 17 de mayo de 2012 en la mencionada revista digital, que pertenece a
la Universidad Nacional de San Martín.
"El año pasado vino una colaboradora de la revista y pidió si le
podíamos firmar un papel que certificara que ella había publicado en
Anfibia para enviar al Rey de España. Estuvimos charlando y surgió
mandar esta crónica", dice Bianchini en diálogo con Télam.
Meses después, cuando el periodista parecía haber olvidado esa carta de
presentación, se hizo acreedor de El Don Quijote, un galardón que se
presenta junto con los Premios Internacionales de Periodismo Rey de
España, convocados por la Agencia EFE y la Agencia Española de Cooperación Internacional y para el Desarrollo (AECID).
Bianchini constató la noticia en Google y pudo verificarla cuando una
periodista de la agencia española lo llamó para entrevistarlo. "La
sensación es fuerte. Uno está acostumbrado a que si algo no está
confirmado no podes generar ninguna sensación, todavía estoy
expectante", confiesa.
Aún así, el jurado se expidió y el fallo fue contundente: "consigue con
gran maestría y riqueza del lenguaje retratar a un personaje
controvertido en sus múltiples facetas personales y profesionales,
utilizando con brillantez técnicas periodísticas y literarias que hunden
sus raíces en la mejor tradición del nuevo periodismo iberoamericano".
En su crónica traza un perfil del juez de la Corte Suprema Eugenio Raúl Zaffaroni, elaborado a partir de su afición por la natación.
La nota fue escrita tras dos días de convivencia con el juez, donde conoció su pileta de entrenamiento, su casa del barrio de Flores, el escritorio que usa en la Corte y recogió declaraciones de personas de su entorno e informaciones de la prensa.
"Ya había hecho un perfil sobre Fogwill y a partir de eso realicé otras
notas a nadadores. A mí me gusta nadar, me interesan los nadadores de
aguas abiertas que entrenan siete u ocho horas, quiero saber qué piensan
durante ese tiempo", explica sobre el germen de la nota.
Cristian Alarcón, director de Anfibia, le propuso a Bianchini hacer un
perfil del juez que estuviera circunscripto a la natación. "Él aprendió a
nadar a los cincuenta y pico y eso fue una forma de salvataje físico.
Zaffaroni se dio cuenta que tenía que hacerlo y se transformó en alguien
que nada kilómetros y kilómetros por semana", dice el periodista.
La crónica se extendió naturalmente y va más allá de la natación, es un
relato íntimo del jurista más respetado y controversial de América
Latina. "Le hice un par de entrevistas y un perfil corto, pero era un
personaje que daba para mucho más, finalmente me volví a encontrar con
él y con sus colaboradores, lo fui a ver nadar, y logré armar un coro de
voces que pudiera dar cuenta de la complejidad del personaje".
T- ¿Qué fue lo que más le sorprendió del juez?
FB- La primera entrevista fue en el despacho de la corte, hablamos de
natación, le comenté que me gustaría verlo nadar. Fuimos a la pileta de
su barrio. Cuando llegamos me dijo que esperara, que se iba a cambiar al
vestuario y me dio un par de ojotas que sacó de su bolso. `Si no las
llevas, no te van a dejar entrar a la pileta`, me dijo.
"Pensó en ese detalle que otros no hubieran hecho. Es una escena que
muestra la humildad de una persona que escribió muchísimos libros y es
32 veces honoris causa en diferentes universidades del mundo".
Bianchini, de 30 años, escribe ficción y está terminando un libro de
cuentos. Estudió Ciencias de la Comunicación en la UBA y periodismo en
TEA y en la actualidad y desde abril de 2012 es subdirector de la
Revista Anfibia (www.revistaanfibia.com) y redactor del diario Clarín.
Ha colaborado con varias revistas tanto argentinas como de otros países.
En noviembre de 2010 ganó el Primer Premio en el Concurso Internacional
de crónicas inéditas en español Las Nuevas Plumas, organizado por la
Universidad de Guadalajara (UDG) por la crónica al escritor Rodolfo
Fogwill "El hombre que nada".
Portador de un premio que distingue el buen uso del idioma, Bianchini
considera que el lenguaje de Internet "es muy diferente al narrativo.
Nosotros trabajamos como una revista en papel, hacemos periodismo
narrativo e Internet es un soporte que llega a muchos lados. Tiene una
repercusión que no tendríamos en papel, pero las notas las trabajamos
durante meses, con mucha rigurisidad. Tenemos otros tiempos".
T-¿Qué la pareció la crónica al juez?
FB- "sé por uno de sus colaboradores que le había gustado", concluye el
joven que recibirá este importante premio para el periodismo en español
en los próximos meses.
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