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Picnic y montaña

Muchas veces el bolsillo no permite acceder a las diversas ofertas turísticas de las empresas, una salida viable, al alcance de la mano, amena y en un contacto directo con la exuberancia de la naturaleza es un picnic en las montañas.

En menos de 40 minutos dependiendo el medio de transporte (auto, moto o colectivo) se puede disfrutar de una salida interesante. Lo importante es la actitud. Se prepara unos saguchitos, la cantidad dependerá de cuantas personas lo realicen, un grupo de amigos, la familia, o, porque no, la pareja. Jugo, gaseosa o algún elixir afrodisíaco acompañarán el banquete. 

De este modo cualquier día es el indicado para una salida de vacaciones. Son muchos los lugares, en este caso la montaña es el que recomendamos. El cerro San Javier ofrece una vista privilegiada, un río que lo atraviesa, un clima de humedad fresco y un silencio de ensueño. Sumado al olor verde, intenso y abrumador que la soberbia exuberancia de la naturaleza verde regala. 

Entre las actividades, la más fácil es la caminata, siempre luego de degustar el sanguchito. Pasear de mirador en mirador es enigmático. 

Observar, pasear, conversar, subir, bajar, jugar, saltar, soñar. No se olvide de sonreír, condición fundamental para que el día se convierta en un oasis veraniego. 

Sebastián Ganzburg