El cansancio y el estrés laboral son las causas que más minan el deseo sexual masculino, en especial entre los 30 y los 39 años, según un estudio realizado por tres investigadores europeos y presentado ayer en Lisboa, donde una experta instó a "reerotizar" las relaciones de pareja.
Investigación, efectuada mediante entrevistas por internet a 5.255 hombres heterosexuales en países de "marcadas diferencias culturales" como Portugal, Croacia y Noruega, ofrece datos empíricos sobre un campo dominado por mitos, dijo Ana Alexandra Carvalheira, coordinadora del estudio, a la agencia EFE.
"Estamos llenos de creencias, por ejemplo, de que el varón está siempre listo o que tiene más deseo sexual que la mujer; no se sabe si es así, pero la sociedad así lo cree, a pesar de que no hay estudios científicos suficientes para analizarlo", indicó Cavalheira, que preside además la Sociedad Portuguesa de Sexología Clínica.
Problemas en la relación -parejas poco disponibles, conflictos y otros- siguen al cansancio y al estrés entre los factores más comunes para la merma del deseo: el 14,4 % de los encuestados admitió que le sucedió durante al menos dos meses en el último año, lo que derivó en situaciones como eyaculación precoz o, sobre todo, incapacidad para mantener la erección.
Los varones entre los 30 y los 39 años son los que más reconocen está disminución del deseo (24,1%), lo que según la especialista se explica porque en ese lapso se concentran más acontecimientos estresantes.
La investigadora portuguesa explicó que en ese período de sus vidas es cuando los hombres "se casan, tienen hijos, se divorcian o cuando realizan una mayor inversión en la carrera profesional".
En cambio, sólo el 10% de los mayores de 60 reconoció pérdida de interés sexual, seguido del grupo entre los 18 y los 29 años (16,7%), de 50 a 59 (21,4%) y de 40 a 49 (21,5%). De acuerdo con la investigadora portuguesa, que realizó el estudio junto al Aleksandar Stulhofer (Universidad de Zagreb) y Bente Træen (Universidad de Olso), la crisis económica puede afectar la vida sexual masculina o encontrar en el sexo "la manera de aliviar el estrés que produce".
Para la experta, la banalización del papel del sexo en la sociedad es un aspecto que condiciona muchos de estos factores, como la disminución del deseo en parejas de larga duración, razón también presente en el estudio junto a la masturbación excesiva o el uso de demasiada pornografía.
"El erotismo es lo que moviliza el deseo, es el motor y desaparece con la banalización del sexo. Tenemos que `reerotizar`, poner más erotismo en nuestra vida individual y en nuestra relación de pareja", aconsejó Carvalheira aunque admitió que eso requiere un esfuerzo que "no es igual para todo el mundo".
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