La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, resaltó ayer los "avances" que en su opinión alcanzó Brasil tras 10 años de gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), iniciados en 2003 con el ex mandatario Luiz Lula da Silva, y reconoció que quedan retos como modernizar la estructura productiva y hacerla más competitiva.
"Los diez años de gobiernos liderados por el PT marcan la incorporación de una nueva agenda para Brasil, el combate a la desigualdad pasó a ser una política de Estado, los gobiernos del presidente Lula y el mío priorizaron la ecuación, la salud y vivienda para todos" afirmó Rousseff.
"Reconocer los avances de los últimos diez años significa
reconocer también que ellos fueron construidos sobre una base
sólida", heredada de otros gobiernos democráticos, apuntó en un
artículo que lleva su firma y fue publicado hoy por el diario
Folha de Sao Paulo.
Luego la presidenta, que asumió el gobierno el 1 de enero de
2011, consignó los objetivos que se ha fijado para sus próximos
dos años en el Palacio del Planalto.
"El desafío que se impone en los próximos años es acabar con la miseria extrema y ampliar la competitividad de nuestra economía", señaló la Jefa de Estado.
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