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AMPLIARMujica y los familiares de Mechoso, ayer en Montevideo

Sepultaron en Uruguay restos de desaparecido en Argentina

El presidente José Mujica entregó los restos de Alberto Mechoso, un ciudadano uruguayo secuestrado y desaparecido en 1976. "Es un momento contradictorio", con "mucho dolor" pero también con "cierta alegría".

La urna con los restos de Mechoso, identificados en mayo de este año por los Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), fueron entregados a su esposa, Beatriz Castellonese, y a sus hijos, Alberto y Beatriz Mechoso Castellonese, en el edificio José de Artigas (sede del gobierno).

Cuando hace siete meses se informó sobre la identificación de los restos, la viuda, que también estuvo exiliada y detenida clandestinamente en Buenos Aires a mediados de la década de 1970, dijo sentirse "muy triste y en shock" por la noticia.

Posteriormente, la familia decidió el velatorio público de sus restos y la realización de una marcha hasta su entierro en el Cementerio del Cerro.

La coordinadora de la Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia, Graciela Jorge, dijo que se trataba de un momento "contradictorio" porque encerraba "mucho dolor" pero también "cierta alegría" por haber podido devolver los restos del ciudadano uruguayo desaparecido en la Argentina.

La funcionaria consideró "importante" que los restos de Mechoso "vuelvan a su país para que los familiares le den un entierro digno", y se cumpla con un derecho humano fundamental como es el de la información acerca de la verdad y la identidad, ignorada durante décadas.

El presidente Mujica, ex guerrillero de 77 años, que estuvo 13 años preso en duras condiciones durante la dictadura que gobernó en Uruguay entre 1973 y 1985, participó en el acto pero no hizo declaraciones a la prensa.

"Fue un momento de mucho recato y gran respeto, no hubo discursos y solo se firmó un acta de entrega de los restos a la familia", explicó Jorge a la agencia EFE tras el acto.

Alberto Mechoso, sindicalista y fundador del PVP, partido de izquierda que junto a los Tupamaros enfrentó a la dictadura uruguaya, fue secuestrado en septiembre de 1976 en Buenos Aires por fuerzas de seguridad como parte del Plan Cóndor de acción coordinada entre los regímenes militares que gobernaron en el Cono Sur americano en la década de los años 1970 y 1980 contra sus opositores políticos.

Posteriormente, fue llevado al centro de detención clandestino Automotores Orletti, de Buenos Aires, donde fue torturado y visto por última vez por sobrevivientes, y luego fue asesinado y desaparecido su cuerpo.

Sus restos fueron localizados años después en el interior de un tanque de petróleo con cemento en el canal San Fernando, junto a otros cuerpos en similares condiciones, entre ellos el de Marcelo Gelman, hijo del poeta argentino Juan Gelman.

La identificación de sus restos fue realizada por el EAAF tras comparar con muestras genéticas de su familia enviadas por la secretaría de Derechos Humanos del Uruguay.

La coordinadora de la Secretaría de Derechos Humanos del Uruguay también informó que la familia de Mechoso inició tiempo atrás dos reclamos judiciales para tratar de que se castigue a los responsables de su homicidio, uno en Argentina y otro en Uruguay.

Los restos de Mechoso fueron velados durante la mañana en el teatro Ateneo ubicado en calle Grecia esquina Perú, Villa del Cerro.

Posteriormente, a primera hora de esta tarde, y tras una marcha de amigos, trabajadores y ex compañeros que recorrió aproximadamente un kilómetro y medio, fueron enterrados en el Cementerio del Cerro de Montevideo, informó el diario local La República, en su edición on line.

Por el caso de Mechoso y otros 27 uruguayos detenidos desaparecidos en Argentina ya fueron condenados en Uruguay seis militares y dos policías a penas de entre 20 y 25 años de prisión, en lo que fueron los primeros procesamientos a uniformados desde el fin de la dictadura, pese a la ley de amnistía aún vigente.

La condena recayó en José Nino Gavazzo, Ricardo Arab, Jorge Silveira, Ernesto Ramas, Gilberto Vázquez, Luis Maurente, Ricardo Medina y José Sande Lima por el delito de "homicidio muy especialmente agravado" sobre disidentes políticos uruguayos que se habían refugiado en Buenos Aires y que fueron eliminados allí o trasladados a la fuerza a Montevideo.