El juicio por la Megacausa "Arsenales II-Jefatura II" prosiguió ayer con el relato del testigo Juan Martín Martín, quien pasó por numerosos centros clandestinos de detención (CCD) durante la última dictadura militar en Tucumán y reveló detalles de los operativos. "Yo fui sobreviviente, necesito contar, lo hice y lo seguire haciendo cuantas veces haga falta" dijo. Su testimonio se completará desde las 9 cuando se reinicien las audiencias.
Martín estuvo detenido tanto en la Jefatura de Policía como en los Arsenales y su testimonio es considerado clave por la querella, ya que aportó datos sobre personas desaparecidas.
"Escuche muchas cosas en la jefatura, los represores no tenían problema de hablar. El problema para ellos es que yo sobrevivi. "De noche se llevaron compañeros que no volvieron más", afirmó el testigo, quien mencionó como miembros de la denominada "patota" de la Jefatura que llevaba a cabo los secuestros a varios de los imputados.
Durante poco más de una hora y media se escuchó la primera parte de la declaración en la que reconoció a muchos militantes populares “en muy malas condiciones físicas” en los calabozos de la Jefatura de Policía, y entre ellos al abogado Pisarello, defensor de presos políticos, a los ex senadores Dardo Molina y Damián Octavio Márquez, y a la estudiante Adriana Mitrovich (cuyos restos fueran recientemente identificados).
Y otra vez el horror en las miradas azoradas de los presentes en la sala del T.O.F., al escuchar en esta segunda oportunidad los relatos de Juan Martín Martín, quién fuera secuestrado en agosto de 1976, y liberado con opción para salir del país, en septiembre de 1978. Y el horror fue revivido al escuchar la grabación del testimonio anterior, a efectos de evitar repreguntas en su nueva declaración en la presente megacausa..
Pero en la mañana de este jueves 20, sólo logró escucharse un tercio de las cuatro horas y media de la declaración anterior. Tiempo más que suficiente para revivir tantas perversiones cometidas por los represores de la última dictadura.
Y otra vez fue nombrado como jefe del Servicio de Informaciones Confidenciales (S.I.C.) Roberto Heriberto Albornoz, el tenebroso ex jefe policial (que ya fuera condenado a prisión perpetua), y a la patota de secuestradores y torturadores que comandaba, y que estaba integrada, entre otros, por Hugo Albornoz, Luís De Cändido, Fariña, los comisarios Moreno y Bulacio, los suboficiales Ugarte, Flores, Vilas, Insaurralde, y los oficiales Chaile y Marini. Y otra vez fueron nombrados los supervisores militares de esos grupos irregulares de policía, los tenientes (por entonces) González Naya, Ocaranza y D’Ursi.
Y recordó a Antonio Domingo Bussi como “un ogro” que “golpeaba y torturaba” a sus víctimas. Pero también recordó a la “Comunidad Informativa”, que funcionaba en dependencias del Comando de la Quinta Brigada, cuyo comandante era el coronel Cattáneo (quien falleciera durante el desarrollo del juicio “Jefatura I”), en la que se centraban todas las informaciones referidas a las acciones y movimientos de las patotas y de los campos de concentración, y la situación de las víctimas del terrorismo de estado.
También recordó haber visto en los calabozos de la Jefatura a los detenidos-desaparecidos Avelino Alarcón, Raúl Mauricio de Cecchi, Oscar Toledo, Luisa Ana Ibáñez, Gloria Costanza Curia, Ricardo Daniel Somaini, Horacio Marcelo Ponce, Gustavo Santillán, Susana de Díaz, Octavio Leandro Díaz, José Américo Díaz, Humberto Ponce, Luís Alberto Valdéz, Aída Inés Villegas, y María Cristina Bejas.
Cuando ya se había superado la hora y media del video con la grabación de la declaración anterior, y antes de pasarse a un cuarto intermedio, uno de los defensores de los imputados, pidió la nulidad como acto jurídico del audio con la declaración, por “violación al derecho de defensa”, actitud que fue calificada por la Fiscalía de extemporánea, improcedente y dilatoria, y como un acto de mala fe.
Martín contó que vio "listados de personas secuestradas" y reveló que "DF era la orden para que se los mate". Previamente, los jueces del Tribunal oyeron al imputado Jorge Lazarte, quien pidió la palabra en el debate para manifestarse sobre declaraciones de testigos.
El militar, quien se desempeñaba como supervisor del grupo D2, se refirió a la represión desatada por el terrorismo de Estado, justificándola en el marco de "una guerra".
Vicente Guzzi
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