La presidenta brasileña Dilma Rousseff prometió ayer la construcción de 3,4 millones de viviendas populares, dentro del programa "Mi Casa, Mi Vida", que serán entregadas hasta 2014 cuando concluirá su mandato.
"Nuestra meta hasta 2014 son 3,4 millones de casas, y tengo la seguridad de que vamos a alcanzar esa meta porque nosotros ya entregamos 1 millón de esas casas" desde enero de 2011, cuando se inició el actual gobierno, comentó la presidenta Rousseff.
"Mi Casa, Mi Vida" fue implementado en el gobierno anterior,
del presidente Luiz Lula da Silva, y consiste en la construcción
de barrios populares en favelas de las grandes capitales, así
como el financiamiento de la compra de viviendas con créditos a
largo plazo e intereses bajos.
Rousseff dio continuidad a los programas sociales a los
sectores pobres y de auxilio a la población debajo de la línea
de la miseria que fueron lanzados en los gobiernos de Lula,
gracias a lo cual el consumo popular se mantuvo pese a la
desaceleración de la economía.
El Producto Interno Bruto creció sólo el 0,6% en el tercer
trimestre, cifra menor a la prevista por el gobierno y
analistas, después de lo cual el Ministerio de Hacienda anunció
la liberación de 50.000 millones de dólares en créditos para la
producción.
Esta "inversión que hacemos en la construcción de viviendas mueven a la economía, genera empleo y renta para millones de brasileños... nuestra tarea es levantar paredes para construir un Brasil desarrollado con oportunidades para todos" dijo Rousseff en su programa radial emitido cada semana.
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