Pese al intenso sol, cientos de estudiantes de periodismo de la Universidad de La Plata, integrantes de las Juventudes Peronistas e invitados especiales, presenciaron la entrega del reconocimiento al presidente del Ecuador, Rafael Correa, por su lucha contra los poderes hegemónicos y la promoción de la comunicación popular.
El premio Rodolfo Walsh lo entregó Florencia Seitum, decana de la Facultad de Periodismo más antigua de América Latina, quien destacó la lucha del mandatario ecuatoriano contra las corporaciones mediáticas.
La directiva hizo énfasis en el significado del premio, en honor del escritor y periodista argentino que se enfrentó a la dictadura militar que gobernó Argentina en la década del setenta.
Seitum puntualizó que la lucha que desarrolla Correa no es una pelea entre el Gobierno y los grupos mediáticos, sino un enfrentamiento contra la derecha representada en cierta prensa.
Refirió que la derecha primero utilizó los tanques, después a los cipayos y como no pueden, actualmente, van con los medios.
Correa dijo que han tenido la habilidad de identificar negocios dedicados a la comunicación con la libertad de expresión y la critica como oposición a ese derecho.
En el marco de este evento, al que acudieron personalidades como el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, Estela de Carlotto, de las Abuelas de la Plaza de Mayo, entre otro, Correa desarrolló una ponencia denominada “La libertad de expresión como esclava de la dictadura mediática”.
Hizo referencia a quiénes son los propietarios de los medios influyentes del Ecuador como, por ejemplo, diario El Universo, de la familia Pérez, que tenía acciones en las islas Caimán; diario La Hora, de Francisco Vivanco, ex funcionario de uno de los gobiernos más represores de la historia: el de León Febres Cordero.
Cuestionó la posición de la prensa cuando su gobierno incautó los bienes de los banqueros Isaías por una deuda millonaria con el Estado. En este sentido, dijo, en nombre de la libertad de expresión era preferible que un conglomerado mediático esté en manos de banqueros corruptos y prófugos, que en manos del Estado.
Dijo también que es tan patética que si –en un hipotético caso- lo muerde a un perro, al día siguiente entrevistan al perro.
Rafael Correa recalcó que él no es intolerante con la prensa sino con la mentira, la corrupción y la mala fe.
El mandatario señaló que la prensa miente amparándose en la libertad de expresión y cuestionó el rol político descarado que juega. En este contexto, recordó que el 10 de Agosto, durante su informe a la nación, un gran número de medios privados se enlazaron en una cadena de emisoras para tratar sobre la libertad de expresión, evadiendo hacer referencia al informe presidencial.
Sostuvo que es tragicómico que en el Ecuador existe promedio 3.000 juicios por injurias, pero que por la demanda a diario El Universo se haya emprendido una campaña a nivel nacional e internacional para desprestigiar al Gobierno.
“En un estado de derecho se puede estar en desacuerdo con la ley, pero no se puede desobedecer la ley”, enfatizó.
Expuso que, pese a ser aprobado en consulta popular la redacción de una ley de comunicación, los intereses mediáticos y políticos hayan bloqueado su promulgación en la Asamblea Legislativa.
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