Los jóvenes chilenos en situación de vulnerabilidad social asumen que tendrán dificultades para cursar estudios superiores y deberán trabajar antes de ir a la universidad, reveló un estudio.
Una investigación del Centro de Investigación y Desarrollo (CIDE) de la Educación de la Universidad Alberto Hurtado detectó las fuertes diferencias entre las expectativas de los estudiantes de cuarto medio.
Leandro Sepúlveda, investigador del CIDE, precisó que los
jóvenes de nivel socio-económico más alto aspiran en mayor
medida a entrar a la universidad, mientras que un porcentaje
importante de los de nivel socioeconómico bajo se dan cuenta de
que no lo lograrán en lo inmediato, sino que será imprescindible
trabajar antes de continuar sus estudios.
"Ellos son bastante racionales en diagnosticar las
dificultades que van a tener para cumplir sus aspiraciones de
futuro", afirmó Sepúlveda.
Añadió que "el sistema educacional chileno está altamente
segmentado y hay una porción de los jóvenes que tienen una
formación adecuada, que tienen un modelo formativo funcional al
sistema de ingreso a la universidad y que tienen buenos
profesores en condiciones adecuadas para poder desarrollar su
trabajo".
No obstante, "hay una cantidad alta de estudiantes que no tienen esas condiciones, y eso está claramente focalizado en los sectores más pobres".
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