Al menos 60 policías fueron detenidos ayer en Rio de Janeiro acusados de formar parte de las redes cada vez más complejas del narcotráfico en 13 favelas, informaron las autoridades.
La Operación Purificación fue lanzada personalmente por el secretario de Seguridad Pública, Mariano Beltrame, responsable por la política de pacificación de favelas.
Beltrame informó que los policías militarizados detenidos
pertenecen al batallón ubicado en Duque de Caxias, Gran Rio de
Janeiro, acusados de dar protección y de recibir sobornos por
parte del Comando Vermelho, una de las bandas que controla el
narcotráfico en la "ciudad maravillosa" y sus alrededores.
"Demostramos que no compartimos las acciones corruptas.
Ganamos confianza en demostrar que podemos cortar en nuestra
propia carne", dijo el secretario de Seguridad.
Las investigaciones habían comenzado un año atrás con la
actuación de la fiscalía especializada en el crimen organizado.
Fueron detenidos al menos 13 civiles acusados de comandar el
narcotráfico en las favelas para el Comando Vermelho, grupo que
perdió territorio en los últimos dos años en la ciudad de Rio de
Janeiro a raíz de la política de ocupación de favelas por parte
de la policía, con la ayuda de las Fuerzas Armadas.
El jefe del cuartel policial de Duque de Caxias, teniente
Claudio de Lucas Lima, fue expulsado del cargo.
Según la denuncia, unos 2.500 dólares pagaban casi
diariamente los narcotraficantes a los policías encargados de
reprimirlos.
Los policías formaban 11 células autónomas en las cuales
actuaban como socios o como rivales en la venta de drogas de los
narcos del Comando Vermelho.
Cuando el pago del soborno se retrasaba, la policía invadía las favelas y secuestraba a delincuentes y sus familiares.
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