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AMPLIARFrogorifico de Ceres

El frigorífico de Ceres reabre sus puertas

La ciudad santafesina de Ceres vuelve a contar con su matadero comunal, ahora transformado en una moderna planta de faena y frigorífico. Allí trabajarán entre 20 y 25 personas -capacitadas previamente por el INTI, en colaboración con el Ministerio de Trabajo- para garantizar la seguridad y calidad de los productos cárnicos. Las autoridades locales estiman que la puesta en marcha brindará un nuevo impulso a la economía del sector, que involucra a frigoríficos y curtiembres de la zona.

La reapertura forma parte de una política impulsada desde el Ministerio de Industria que tiene como eje industrializar la ruralidad en todo el territorio nacional. 

Este ambicioso proyecto alcanza aspectos tales como la construcción y refacción edilicia, el equipamiento y la obtención de certificaciones habilitantes.

Tecnología y cuidado del ambiente

El INTI estuvo a cargo de la refacción total del frigorífico de Ceres, así como también de equiparlo con más de 60 máquinas, construidas a partir de diseños propios, que permitieron iguales o equivalentes prestaciones que los disponibles en el mercado, pero a precios significativamente menores. Entre los nuevos equipos hay una caldera que abastece de agua caliente y vapor a la planta, un digestor para convertir desechos, una peladora de cerdos y una plataforma de inspección de animales.

El nuevo diseño para pequeños frigoríficos multiespecie permite una capacidad máxima de faena de 50 vacunos o 50 porcinos o 100 ovinos a diario. Por tratarse de animales vivos como materia prima fueron previstas las condiciones necesarias para su mantenimiento y supervivencia mientras permanecen en planta. Además, posee un área de almacenamiento inicial que contiene corrales e instalaciones exteriores, y dos cámaras de frío (4º C), una principal y otra para menudencias.

El frigorífico santafesino cuenta con un sistema de tratamiento de efluentes y la instalación de una planta autónoma de última generación para la obtención de agua por tratamiento de ósmosis inversa. Esta planta no sólo provee de agua al sistema sino que ante una emergencia hídrica podría abastecer la demanda de la población. Además, cuenta con previsiones técnicas para el uso de energías renovables, tales como la cosecha de agua, paneles solares para obtener luz eléctrica y el uso de pellets como combustible de calderas.

El proyecto de alcance nacional contó una inversión de 40 millones de pesos aportados en mayor medida por el Ministerio de Industria, y por lo ministerios de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

Modelo de gestión

Una vez que los frigoríficos estén construidos y equipados, el INTI los cederá en comodato a los municipios de cada ciudad, quienes a su vez transferirán la administración a los consorcios -integrados por cooperativas, productores locales u otras organizaciones-, reflejando así la política de transferencia tecnológica impulsada desde el Instituto. En simultáneo, un Consejo Consultivo integrado por el INTI, los municipios y los ministerios de Desarrollo Social, y Trabajo, Empleo y Seguridad, será quien supervise la producción y administración de las plantas de faena para garantizar el objeto de la inversión pública y asegurar la transparencia de la gestión. En esta misma línea, el Consejo quedará atento a las necesidades técnicas que pueden surgir durante el funcionamiento de los frigoríficos.