Un ex interno del Seminario de Paraná le contó el martes al juez Alejandro Grippo, detalles de la forma en que el cura Justo José Ilarraz, abusaba de los niños de entre 10 y 14 años alojados en ese instituto religioso.
El nuevo testigo es un ex seminarista que actualmente trabaja como policía y que habría intentado suicidarse aparentemente como consecuencia de las secuelas derivadas de los abusos a los que fue sometido, informaron fuentes judiciales.
Señalaron además que el nuevo denunciante reveló que Ilarraz supuestamente abusaba de los menores en la ducha de los pabellones, generalmente después de jugar un partido de fútbol.
Según las fuentes, se trata de la séptima víctima del sacerdote, que se
presentó a brindar su testimonio en forma voluntaria, al igual que los
anteriores.
Ilarraz está siendo investigado en una causa penal por el supuesto delito de
corrupción de menores agravado entre los años 1984 y 1995, mientras se
desempeñó como prefecto del seminario local.
El cura fue colaborador del ex arzobispo de Paraná, monseñor Estanislao Karlic,
actualmente integrante del Colegio Cardenalicio del Vaticano, quien en 1995
dispuso una investigación diocesana para investigar el hecho.
En esa ocasión se escuchó el testimonio de algunas víctimas de los presuntos abusos
sexuales del cura, pero el caso nunca fue denunciado ante la justicia ordinaria
por las autoridades eclesiásticas.
A Ilarraz se le aplicó una sanción simbólica, que le prohibía volver a la
diócesis local y tomar contacto con los seminaristas.
El cura fue enviado a Roma por el propio Karlic y, al regresar, se distanció un
tiempo del sacerdocio, se radicó en Buenos Aires y más tarde se trasladó a
Tucumán, donde la iglesia no tuvo en cuenta sus antecedente y lo designó
párroco de la localidad de Monteros, donde ejerció el sacerdocio hasta
septiembre pasado, cuando estalló el escándalo de los abusos.
En la causa están citados a declarar por el juez Grippo los tres últimos
arzobispos de Paraná, Juan Alberto Puiggari; Mario Luis Bautista Maulión, y
Estanislao Karlic (cardenal), y el obispo de Concepción, Tucumán, José María
Rossi.
Todos estos prelados tienen la posibilidad de declarar por escrito y no presentarse en los tribunales, según la legislación entrerriana.
Hasta el momento, sólo el actual arzobispo, Juan Puiggari, confirmó que declarará por escrito, pero el resto de los religiosos todavía no le han contestado al juez que camino seguirán.
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