El calor, temprano, ya era casi inaguantable. Pararse a cortar rutas y puentes requería de mucha voluntad. Eso sumado a la poca capacidad de convocatoria de algunos dirigentes terminó por acotar la protesta frente a casa de Gobierno.
Como habrá sido de fuerte el sol que los bancarios sin trajes y corbatas no se hubieran notado sino fuera por los ruidos que hicieron y las banderas que portaban.
Unas seiscientas personas se concentraron por calle 25 de Mayo frente a Casa de Gobierno. Los quioscos de la San Martín casi agotaron las gaseosas y un bar de Crisóstomo Álvarez y 9 de julio se quedó sin menús económicos.
Los discursos de los abanderados fue el mismo de siempre. Con razón, pidieron mejoras en las condiciones de vida y laborables de sus seguidores. La desconcentración fue más rápida de lo esperado.
Si tomamos en cuenta las convocatorias mediáticas y de los opositores la movilización debería haber sido más numerosa y ruidosa. Pero los pocos que se llegaron a Plaza Independencia se volvieron con lo mismo de siempre, pero casi insolados..
Daniel A.
Villalba
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