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AMPLIARAgustín Bernabé Navarro escribe sobre la muerte

La muerte

“Se puede pensar distinto, pero también se puede no pensar”, observa el estudiante avanzado de la carrera en la Facultad Filosofía de UNT. En este artículo enviado a TucumanHoy.com analiza los interrogantes que despierta la muerte.

Será el fin de todo o el comienzo de la nada?.

Si hubiera que elegir nuestra incertidumbre mas intensa, probablemente muchos convendrían poner a la muerte en primer lugar.

Los hombres nacemos y morimos, parecería ser que venimos de la nada y hacia esa nada vamos. Esa nada en tanto nada, nos sofoca, nos lleva a reflexionar por mas que siga siendo un misterio, básicamente por que es algo imposible de pensar, de representar.

La pregunta por la muerte, es la que anima a todo el conocimiento. ¿ Puede el hombre saber que es la muerte?; ¿ Por que le tememos?, no seria mejor pensar y considerar que ¿esta incertidumbre es la marca de nuestra condición como humana?.

La muerte y el paso del tiempo tienen una relación muy perversa para mi, en mi caso, siendo joven, a medida que pasa el tiempo, siento a la muerte mucho mas cerca. ¿Que quiero decir? De que uno sabe o pretende saber saber cuando uno morirá. Esto es terrible y a la vez perturbador ya que tener conciencia de nuestra muerte nos hace humanos. Hipotéticamente hablando, los animales, no se angustian por si van a morir, nosotros si lo pensamos y a la vez la olvidamos, para no vivir traumatizados.

Hay una palabra clave en todo esto, que es lo que se “yecta” adelante.   Esto es un pensamiento fundamental de Heidegger, filosofo alemán del siglo XIX, lo que nos esta diciendo que, ese yecta viene de la mano de la palabra proyecto. Nos encontramos siempre proyectándonos hacia adelante, hacia el futuro, dando sentido a lo que hacemos, en síntesis uno se encuentra siempre realizándose como persona. Pero bien,  pensemos, un tipo de ochenta o noventa años, ¿ Que tipo de proyecto tiene? , es allí donde aparece lo que digo de que uno tiene conciencia de cuando uno se va a morir, esto no tiene por que siempre ser así, hay gente que sabe que puede morir cuando le diagnostican problemas terminales del corazón, etc.

Volviendo al tema, una del las formas mas conocidas de resolver esta incertidumbre es la de proponer una continuidad entre la vida y la muerte, pero para ello hace falta un elemento transcendental e inmortal, que es el “alma”. Si el hombre, tal como lo conocemos es un compuesto de cuerpo y alma, el alma es nuestra parte divina y perfecta, mientras que el cuerpo es el que nos condena a la muerte, y a las peores enfermedades de este mundo. Entonces el dilema es fácil, hay que renunciar al cuerpo y concentrarse en el alma que es lo que sobrevive.

Por esa razón Platón entiende que el cuerpo es la cárcel del alma, y por eso tenemos que protegerla, cuidarla y no dejar que se contaminara. ¿A que le suena esto?. Suena muy religioso ¿no es cierto?. Pensar  que el hombre no debe solo dedicarse a lo corpóreo resulta interesante, pero solo si asociamos el culto al cuerpo con la superficialidad y el consumismo. Este es un ejemplo que se da en la vida cotidiana y lo saco a este tema para salirme y pelarme con esta idea religiosa platónica, por que en la medida que descubrimos que las recetas para cuidar el alma suponen que renunciemos a la vida terrenal y persigamos las normativas funcionales a los intereses de quienes la definen, entonces la argumentación se invierte. 

Para concluir, la pregunta capital de todo sería, ¿Hay algo después de la muerte? . De hecho hay cosas buenas en Platón, en su libro llamado el Banquete. Platón en boca de Socrates, nos comenta que es el amor el que trata de unirnos, con el amor se puede todo. Para este pensador es el amor en la creación de obras, y eso podría ser cierto, tomemos por ejemplo a Carlos Gardel, por mas que se encuentre muerto hace varias décadas atrás. Su voz suena cada vez mejor, su imagen prevalece, hasta algunos creen que esta vivo en cada melodía, como a cualquier otra persona. 

Agustín Bernabé Navarro