Manifestantes protestaron contra el gobierno del estado de Rio de Janeiro y arrojaron huevos contra funcionarios durante una audiencia pública en la que fue tratada la concesión al sector privado del Estadio Maracaná, donde será disputada la final de la Copa del Mundo de 2014.
Organizaciones sociales, partidos opositores y padres de un colegio que será demolido para la remodelación del Maracaná se pronunciaron contra la concesión del estadio por 35 años y repudiaron el gobernador carioca Sergio Cabral, durante una audiencia realizada en la noche del jueves con funcionarios y parlamentarios en el Galpón de la Ciudadanía.
El ministro de gobierno carioca, Regis Fichtner, dijo que la
decisión de privatizar el Maracaná sigue en pie pues traerá
beneficios al estado y a la población y consideró que las
"provocaciones" de los manifestantes son actos propios de las
divergencias en "dentro de un sistema democrático".
A pesar de los incidentes el funcionario del gobierno de Rio
dijo que "valió la pena hacer esta audiencia pública ... aquí
hubo personas que vinieron con la intención de que fuera
suspendida, pero nosotros hicimos lo posible para que se
realizara y se debatiera".
Las obras para la Copa del Mundo y las Olimpíadas de 2016 han
sido objetadas por diversas entidades que también cuestionan el
desalojo de los vecinos cuyas viviendas serán demolidas.
Por otra parte el gobernador Sergio Cabral reiteró que la celebración del Mundial y las Olimpíadas corre peligro si la presidenta Dilma Rousseff sanciona una ley que retira fondos del petróleo que corresponden al estado de Rio de Janeiro.
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