El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, informó este domingo que se trata de ciento dos trabajadores rurales -todos oriundos de Misiones, de Oberá y Andresito- dedicados a la cosecha de arándanos y que eran sometidos por la firma Berry Argentina S.A
Severo régimen de explotación laboral en un establecimiento rural ubicado en San Andrés de Giles, provincia de Buenos Aires.
El operativo fue instrumentada por la Oficina de Rescate y Acompañamiento a Personas Damnificadas por el Delito de Trata, del ministerio que conduce Alak, e incluyó la intervención del juez federal de Mercedes, Rubén Echave, y de efectivos de la Policía Bonaerense.
El ministro sostuvo que las personas se encontraban "reducidas a la condición de esclavas, porque las hacían dormir en carpas, las alimentaban muy precariamente, pasaban hambre y estaban privadas de su libertad, porque no les permitían salir del establecimiento por ninguna razón", según el propio relato que dieran 29 de las mujeres explotadas.
“Es aberrante que empresas importantes aumenten sus ganancias sometiendo a las personas a la humillación y a la degradación más escandalosas. Pero para eso está el Estado: para no tolerar estas prácticas dignas de señores feudales y castigar a sus responsables con todo el peso de la ley”, agregó el ministro, al tiempo que también evocó que son más de 4.000 víctimas de explotación sexual y laboral las que fueron rescatadas por el Estado desde 2008.
Acompañadas y asistidas por el equipo de la Oficina de Rescate durante la declaración testimonial en sede policial, las víctimas fueron trasladadas a un refugio en la ciudad de La Plata, dependiente del Equipo de Asistencia a Víctimas del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires, en tanto que en la jornada de este domingo serán trasladadas a su provincia de origen aquellas que deseaban retornar voluntariamente.
Los trabajadores debían levantar la cosecha de arándanos por una remuneración de 200 pesos diarios, pero eran obligados a llenar 17 cajas, por lo que resultaba "imposible de alcanzar, porque apenas llegaban a cumplir la mitad de esa meta trabajando a destajo. Al término de cada jornada, un capataz pesaba la fruta levantada y arbitrariamente decidía cuánto pagaba", describieron.
Habían sido reclutados en su provincia de origen para trabajar durante tres quincenas en la cosecha de arándanos, bajo la condición de que les descontarían el pasaje y la comida a quienes renunciaran antes de cumplir el plazo acordado.
Los trabajadores explotados sólo recibían recibos de sueldo al liquidarles la primera quincena de trabajo pero si contar con un contrato de trabajo firmado,y tampoco tenían la posibilidad de asistencia médica, ya que estaba totalmente prohibido abandonar el lugar de trabajo en el campo "Berry Argentina".
Quedaron verificados los indicadores de trata de personas, ya que hubo "reclutamiento, traslado, transporte y explotación en el lugar de destino", según agregó Alak, al tiempo que indicó que "ninguna de las víctimas contaba con dinero al momento de las declaraciones y todas describieron condiciones infrahumanas de trabajo y alojamiento".
"Esa lucha se convirtió en una política de primer orden en el país gracias a la firme decisión de nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y ahora está tomando alcance regional en el marco de un proceso de integración cada vez más vigoroso con los gobiernos hermanos de América del Sur", concluyó el ministro.
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