La reducción progresiva de sal en los alimentos elaborados por la industria evitará en ocho años que se produzcan 45.000 muertes en Argentina por enfermedades cardiovasculares y patologías renales crónicas.
Así lo informó Sebastián Laspiur, director de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades no Transmisibles, durante la firma en el Ministerio de Salud de distintos convenios con 16 empresas alimenticias para la reducción voluntaria y progresiva de sodio en la elaboración de sus productos.
Los acuerdos fueron suscriptos dentro de la iniciativa sanitaria Menos Sal Más Vida, con la que se pretende incidir en la baja de las enfermedades cardiovasculares en la población, a través de la disminución del consumo de sodio y los realiza Salud, en conjunto con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Laspiur precisó que hay "cerca de 35 empresas alimenticias" que forman parte del programa argentino de reducción de sodio en sus productos y comprenden "a 424 alimentos entre ellos, lácteos, sopas, cárnicos, panes y otros productos hechos con harinas".
El funcionario alertó que "la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que cada persona consuma hasta un máximo de cinco gramos diarios de sal, pero en Argentina se estima que se está consumiendo hasta 12 gramos por día por persona".
"Eso causa una suba de las enfermedades cardiovasculares, sobre todo en la población hipertensa, pero también aumenta el riesgo de ACV y patologías renales en quienes no sufren de presión alta", indicó.
Laspiur estimó que "con la reducción de tres gramos de sal se podría bajar al 2017 cuatro puntos la prevalencia de hipertensos en Argentina" y destacó que "al 2020, se evitarán 45.000 muertes", por enfermedades cardiovasculares, renales y ACV en las que el consumo excesivo de sal es uno de los factores de riesgo.
Los compromisos asumidos por las empresas con el apoyo de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), establecen que el sector alimenticio reducirá entre un 5 y un 18% de manera voluntaria y progresiva, el contenido de sodio en cuatro grupos de alimentos procesados prioritarios: productos cárnicos y sus derivados; farináceos; lácteos y sopas, aderezos y conservas.
Máximo Diosque, viceministro de Salud de la Nación, rescató "el poder contar con el sector de la alimentación en la puesta en marcha de una política que beneficia a millones de personas".
Diosque dijo que para la cartera de Sanidad "son prioritarias todas las medidas que se adopten para prevenir las enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, en la que la sal es un factor de riesgo, al igual que el tabaco, la obesidad y la falta de actividad física".
En igual sentido, Lorenzo Basso, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, señaló "la importancia de poder acordar medidas sanitarias con el sector alimenticio, sobre todo ante la necesidad que se tiene de sus productos en las ciudades, los cuales al contar con una reducción de sodio, tendrán valor agregado beneficioso para la salud de la población".
En cuanto a la reducción de uso de la sal, el Ministerio de Salud propicia la elaboración de proyectos de ley y resoluciones para restringir el uso de los saleros en restaurantes, bares y cantinas.
En tanto, se está trabajando en la incorporación de advertencias en los menúes de comidas de los locales gastronómicos, con el fin de informar sobre los efectos del consumo de sodio en exceso.
Participaron del acto, entre otros, el representante de la OPS en Argentina, Pier Paolo Baradelli, la directora ejecutiva de la COPAL, Mercedes Nimo y la subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos del Ministerio de Salud, Marina Kosacoff.
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