Ante la ola record de homicidios provocada por la "guerra" entre criminales, policías y grupos de exterminio parapoliciales, 600 agentes ocuparon ayer la mayor favela de la ciudad de Sao Paulo, Paraisópolis, en busca de líderes del Primer Comando de la Capital (PCC).
La operación, según el gobierno del estado de Sao Paulo, opositor al federal de la presidenta Dilma Rousseff, sirvió para detectar que un dirigente del PCC fue quien ordenó la masacre de al menos seis policías en los últimos días.
Paraisópolis es la mayor favela de la ciudad de Sao Paulo,
enclavada en medio de las mansiones y edificios de lujo del
barrio de Morubmí, a pocas cuadras del Palacio de los
Bandeirantes, sede del gobernador Geraldo Alckmin, del Partido
de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
"La orden de matar a policías partió de Paraisópolis", dijo
el secretario de Seguridad Pública paulista, Antonio Ferreira
Pinto. El operativo resultó hasta ahora en la captura de ocho
personas y 130 kilogramos de cocaína confiscados. La ocupación
durará un mes.
Durante 2012, fueron asesinados 88 policías y en la capital
paulista, la mayor ciudad de América del Sur, en setiembre los
asesinatos aumentaron un 96% frente al mismo mes de 2011, en el
marco de las masacres que se registran en las favelas y barrios
periféricos de la ciudad.
El PCC es la principal organización criminal de Brasil,
surgida en los presidios paulistas, que formó una red del crimen
con la venta de drogas y otra de asistencia social a las
familias de los detenidos en las cárceles brasileñas. Es el
enemigo público número uno de la policía paulista. Muchos de los
cuadros policiales son investigados por ejecutar a jóvenes
actuando de civil y fuera de servicio, según acusan
organizaciones de derechos humanos.
Un día después de las elecciones municipales perdidas por el
PSDB de José Serra y la victoria de Fernando Haddad, del Partido
de los Trabajadores (PT), el lunes comenzó la ocupación que
durará un mes de Paraisópolis con 600 agentes, la caballería y
blindados cercando los accesos a la favela.
El gobierno sostiene que la orden de la ola de asesinatos de
policía partió desde 800 kilómetros de distancia en agosto
pasado de uno de los capos del PCC, Francisco Cesário Da Silva,
de 32 años, conocido como Piauí, preso en una cárcel de
Florianópolis.
En las redes sociales y en las radios comunitarias, los habitantes de la favela se dividían en el apoyo y el rechazo a la operación policial. "Todo el mundo tiene miedo y no sabe lo que ocurre, miedo con el toque de queda", dijo Gilson Rodrigues, presidente de la Unión de Moradores y del Comercio de Paraisópolis. El toque de queda es generalmente una orden de los narcos a escuelas, comercios y líneas de autobús para que cesen sus actividades debido a que se avecinan tiroteos.
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