La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff,a afirmó ayer que mientras los trabajadores brasileños "cumplen el sueño" de comprar su primer automóvil cero kilómetro, la clase media europea está siendo "destruida" por una "pérdida brutal de ingresos" a raíz de la crisis económica.
Al inaugurar la 27a. edición del Salón Internacional del Automóvil en Sao Paulo, Rousseff defendió la nueva política industrial automotriz destinada a desarrollar tecnología e innovación en el país y a dar prioridad a la producción nacional por sobre el ingreso de vehículos importados.
La mandataria trazó una comparación entre el vigor de la
industria automotriz de Brasil, cuarto mayor mercado consumidor
de vehículos del mundo, con la de los países desarrollados,
golpeados con la crisis.
Dijo que la gran diferencia de Brasil en los últimos años fue
"producir la distribución del ingreso" que provocó el ascenso a
la clase media de 40 millones de personas con "demanda
reprimida" y que son consumidores con acceso al crédito para
cumplir el sueño de comprar su primer automóvil.
"Cuando ascienden a la clase media, cumplen su sueño
comprando un automóvil. Es un escenario totalmente diferente a
los países desarrollados donde los mercados automovilísticos son
maduros, donde la clase media está siendo destruída, sobre todo
en las naciones europeas, donde existe una brutal pérdida del
ingreso, al contrario de lo que ocurre aquí", afirmó Rousseff.
La mandataria también resaltó que Brasil "no perdió del todo"
las décadas de 1980 y 1990 ya que pudo "reconstruir" su
capacidad industrial, "al revés de otros países de América
Latina que perdieron sus empresas industriales y de energía".
Rousseff atribuyó el crecimiento del sector automotriz, que
está en una segunda fase de inversión con el desembarco de
marcas de lujo, chinas y de otros países asiáticos con fábricas
para producir en el país al "ascenso de millones de personas al
consumo, al trabajo y el crédito".
"Este escenario -dijo- crea perspectivas extraordinarias para
el mercado automotriz".
La presidenta Rousseff le dio a la industria un anuncio que
era reclamado: prorrogó hasta el 31 de diciembre el descuento al
Impuesto al Producto Industrializado (IPI), una medida de rebaja
impositiva considerada importante para la recuperación del
crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2012, que debe
ubicarse entre 1,5% y 2%, según previsiones privadas.
En ese sentido, afirmó que las nuevas reglas del régimen
automotriz, que ofrece ventajas a las marcas que se afinquen en
el país con innovación tecnológica, apuntan a evitar que Brasil
se convierta en apenas una montadora de vehículos y sí se
transforme en un fabricante de toda la cadena productiva.
"No podemos creer que Brasil es una isla y no vamos a
importar, vamos a seguir importando, pero no sólo importaremos.
Este país no sólo montará, sino que debe tener toda la cadena
productiva, y eso puede ser complementado con la producción
extranjera".
El lunes la mandataria recibió el anuncio por parte de la
alemana BMW de que levantará una fábrica en 2013 en el estado
sureño de Santa Catarina, la primera planta del tipo en América
Latina, en busca del mercado brasileño.
El Salón del Automóvil, que se realiza cada dos años, tiene
una participación récord este año de 49 empresas afincadas en el
país e importadoras y 500 modelos de automóviles expuestos. Es
la mayor exposición del tipo de América Latina.
Además de las tradicionales marcas que dominan el mercado del
gigante sudamericano como por ejemplo Fiat, VW, Ford, Renault y
GM, fuentes del sector esperan la apertura de otras nueve
fábricas para los próximos tres años.
Competidora de BMW, la británico-india Land Rover ya anunció
que está realizando estudios para producir en Brasil.
La lista incluye también el desembarco de novedosos actores
al mercado como las marcas chinas que redujeron el precio de los
automóviles económicos el año pasado y ahora deben evitar las
restricciones con la implementación de fábricas en el país.
Las empresas chinas Great Wall, Changhe, Jonway, Land Wind
Shuanghuan prevén su llegada a tierras brasileñas no como
importadores sino como productores nacionales a partir de 2017.
Están en la lista también otras marchas chinas como Changan y
Haima y la coreana Ssangyong.
Las chinas que están adelante en el mercado brasileño son Jac Motors, que construye una fábrica por unos 450 millones de dólares en el estado de Bahía, Chery, con una fábrica en Jacareí, estado de Sao Paulo.
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff