Brillante, como ante el Dínamo de Kiev, o catastrófico, frente el Marsella, el caso del argentino Javier Pastore, llegado al París SG como gran estrella en el verano (boreal) de 2011, sigue siendo un enigma y su valor real como futbolista todo un misterio.
Hace un mes, en el estreno del PSG en la Liga de Campeones, se vio al mejor Pastore con la camiseta del PSG, que venció al Dínamo de Kiev por 4-1.
Marcó al final del partido, pero sobre todo fue determinante en el juego parisino, monstrándose inspirado en los regates y preciso en los pases.
Sin embargo, tres semanas más tarde, en el Velodrome de Marsella (2-2), se vio a un Pastore transparente, fallando prácticamente todo lo que intentó, sobre todo dos enormes ocasiones de gol, y, más preocupante, rehuyendo todos los duelos, al punto de que fue sustituido en el descanso.
Esta diferencia en el juego de Pastore recuerda a lo sucedido en su primera temporada en París, donde jugó de manera extraordinaria en sus cuatro primeros meses, en los que marcó goles y realizó gestos técnicos raramente vistos en el fútbol francés, pero se disipó en la segunda parte del campeonato.
Al hacer balance de esa primera temporada, se trató de justificar el rendimiento desigual de Pastore por el hecho de que había tenido una preparación física incompleta y por haber tenido que soportar la pesada carga de ser, en ese momento, el jugador más caro de la historia del futbol francés (42 millones de euros al Palermo). Incluso se utilizó el argumento de su juventud (23 años en la actualidad).
Estas justificaciones ya no pueden mantenerse ahora: "El Flaco" ya no es la única estrella del PSG (tras la contratación del sueco Zlatan Ibrahimovic, del brasileño Thiago Silva o de su compatriota Ezequiel Lavezzi) y pudo realizar una preparación en pretemporada de calidad, mostrándose incluso muy convincente en los partidos amistosos.
"Se le deja un poco más en paz y puede trabajar tranquilamente. Es un gran jugador, sólo le falta demostrarlo en todos los partidos", aseguró su capitán Christophe Jallet antes de su pobre prestación en Marsella hace dos semanas.
En la reanudación de la liga francesa, tras el parón por los partidos de selecciones, la pregunta que se hacen los seguidores parisinos es si el técnico Carlo Ancelotti puede continuar alineando sistemáticamente a Pastore, cuando en el banco se queda el siempre eficiente Nené, Lavezzi se recupera de su lesión y necesitará más minutos de juego y el brasileño Lucas Moura llegará en enero al PSG.
Al principio, el entrenador italiano alineó a Pastore en el centro del campo, en una línea de tres en un sistema en 4-3-2-1 o 4-3-1-2. Pero el argentino decepcionó en ese puesto en Ajaccio (0-0) y el francés Clément Chantôme mostró un nivel muy superior en ese rol.
"Para cambiar de posición se necesita tiempo. Y en este momento, tiene más confianza como media punta", declaró Ancelotti antes del partido contra el Marsella para justificar el abandono de su idea de alinear a Pastore como organizador.
Ancelotti podría intentarlo de nuevo este sábado, ante las bajas que tiene en el centro del campo: el joven italiano Marco Verrati está suspendido, el italobrasileño Thiago Motta y Chantôme están lesionados y Blaise Matuidi quizá necesite un descanso tras jugar con Francia.
Recién llegado de Argentina, donde ha pasado una semana junto a su madre enferma, Pastore deberá demostrar más cosas para recuperar su estatuto de estrella en París, que ha cambiado mucho en un año.
Ausente desde hace meses de la selección argentina, Pastore ha dejado de ser el ídolo del Parque de los Príncipes, papel que ahora desempeña Ibrahimovic.
Fuente NA
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