Un centenar de estudiantes secundarios interrumpieron ayer un acto con el que los dirigentes de la oposición conmemoraron el triunfo del NO el 5 de octubre de 1988, con el que se derrotó a la dictadura de Augusto Pinochet.
“Ganó el No y aún seguimos en dictadura”, rezaba uno de los lienzos.
Los estudiantes, en su mayoría del Internado Nacional Barros
Arana, protestaron e increparon a dirigentes políticos que
celebraban la fecha histórica.
Pese a que fueron acordonados por la policía, algunos
estudiantes lograron sobrepasar la vallas y enfrentar a algunos
asistentes con los que intercambiaron golpes y empujones.
Los manifestantes, que llegaron con lienzos y banderas,
reclamaron por la poca atención que les ha otorgado la
Concertación en sus reclamos, y con altavoces gritaron sus
consignas, relativas a la demanda de reforma estructural de la
educación.
Uno de los más afectados fue el diputado y presidente del
Partido Comunista (PC), Guillermo Teillier, quien debió salir
del lugar escoltado por Carabineros.
La diputada del Partido Por la Democracia, María Antonieta Saa, salió del acto a hablar con los manifestantes y recibió un empujón.
Vigentes amarres de la dictadura a 24 años del "NO"
Los amarres autoritarios siguen
pesando en el 24 aniversario del "NO", que puso fin a la
dictadura de Augusto Pinochet en 1988, pero no a su modelo
económico, social y político.
El tupido velo de una aparente transición política ejemplar
comenzó a correrse ya en las movilizaciones estudiantiles del
año pasado que marcaron un antes y un después en la sociedad
chilena y que dejaron al desnuco las enormes brechas sociales.
Los jóvenes nacidos después de 1988 develaron el agotamiento
de una sociedad civil que ya no resistía más un modelo basado en
el consumo, que ha aumentado las desigualdades; con un traje
constitucional que no permite realizar cambios de fondo en Chile
y que los ricos parecen intocables.
"En Chile es más fácil hablar de aborto terapéutico, de
matrimonio homosexual que de reforma tributaria, lo que
demuestra que los ricos son intocables", señaló a ANSA el
sociólogo Carlos Hunneus.
El ex embajador en Alemania en el primer gobierno de la Concertación, opinó que el 5 de octubre bien merece celebrarse como "un gran acontecimiento", pero aclaró que éste fue "un punto de partida" porque justamente "lo que se critica hoy es la distancia entre lo que se ganó y lo que hay".
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