Un dispositivo domiciliario para el abatimiento de arsénico en agua que funciona en el impenetrable chaqueño y una silla postural que fabrican alumnos de escuelas técnicas de todo el país son sólo dos ejemplos de los desarrollos presentados por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) durante las II Jornadas Internacionales de Estudios sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad, realizadas entre el 1 y 2 de octubre bajo el lema “Tecnología, Innovación y Desarrollo Inclusivo”.
En ese ámbito, el INTI expuso sus líneas estratégicas de trabajo con los actores de la base social y participó de la IV Feria de Tecnologías Sostenibles, iniciativa impulsada por el Movimiento Agua y Juventud Argentina y la Red de Tecnologías para la Inclusión Social.
En el stand del INTI, el público también pudo degustar las
galletitas fortificadas con hemoglobina que cubren el 25% del hierro que
necesita un chico por día, y conocer un prototipo de horno de barro destinado a
comunidades rurales, entre muchos otros desarrollos que apuntan tanto a la
inclusión social como a la mejora de la calidad de vida de las comunidades.
El encuentro constituyó un espacio dedicado a promover la reflexión sobre el
papel de los conocimientos científicos y tecnológicos en los procesos de
democratización, inclusión social y desarrollo. En este sentido, el ingeniero
Oscar Galante, Gerente de Asistencia Tecnológica para la Demanda Social,
destacó en el Simposio de Organismos públicos, Tecnología y Desarrollo que es
necesario propiciar “redes de conocimiento con la participación real de la
población involucrada ya que el modelo de Investigación y Desarrollo (I+D) no
puede generar de manera autónoma un derrame que beneficie a la sociedad. Al
contrario, bajo los presupuestos del famoso triángulo del que hablaba el
tecnólogo Jorge Sábato, existe una necesidad imperiosa de trabajo conjunto
entre el Estado, las universidades y las empresas, a quienes hoy también se
suman las organizaciones sociales y actores de la sociedad civil, para avanzar
en un modelo tecnológico autónomo que beneficie a toda la sociedad en forma
equitativa, inclusiva y sustentable”, señaló.
“Es importante detectar las necesidades y carencias de las comunidades para ayudar a conformar las demandas que muchas veces no están explicitadas bajo la modalidad de investigación, acción y participación en el territorio. Porque la innovación tiene base territorial y se debe impulsar con y para los actores locales”, advirtió.
Bajo estos postulados, Galante destacó ejemplos concretos de trabajo que impulsa el INTI: “Promovemos la producción comunitaria de alimentos a través del Programa de Abastecimiento Básico Comunitario (ABC), por medio del cual hace pocos días hemos inaugurado una panadería de la comunidad wichí en Ingeniero Juárez, Formosa; también fortalecemos el trabajo popular con capacitación y asistencia técnica que brinda el INTI por medio de una red de más de mil organizaciones de la sociedad civil.; promovemos el desarrollo inclusivo de cadenas de valor con la asistencia a productores laneros y cabriteros; y brindamos. capacitaciones en cárceles para fomentar el trabajo digno en producción de quesos, textiles y cueros, entre otros. Todo este trabajo lo realiza el INTI con más de 37 Centros de Investigación y Desarrollo en todo el país, entre ellos el de Tecnologías para la Salud y Discapacidad que fomenta la construcción de dispositivos como sillas de ruedas, sillas posturales, bastones, muletas, audiómetros, y equipos que fomentan la motricidad. Sabemos que para llevar adelante todos estos trabajos hay que descentralizar el conocimiento y la tecnología llevándolos al territorio. Y esto es posible porque lo hacemos en un marco coordinado de políticas públicas”, concluyó”.
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff