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AMPLIAREl cura Justo José Ilarraz, acusado de abusar de 50 niños

Procurador remite actuaciones por cura acusado de abuso

El procurador general de Entre Ríos, Jorge Amílcar García, informó que ayer remitió al juez de instrucción Alejandro Grippo las actuaciones para dar inicio a la causa contra el cura Justo José Ilarraz, acusado de abusar de 50 niños.

El sacerdote, que permanece prófugo desde que el caso tomó estado público la semana pasada, está acusado de haber abusado sexualmente de niños de entre 12 y 14 años entre los años 1984 y 1992, en el Seminario Menor de Paraná.

García informó que pidió a la curia toda la documentación del juicio diocesano que se le siguió a Ilarraz y que la iglesia mantuvo en secreto por más de dos décadas.

“Una de las solicitudes que hemos hecho es de que nos remitan todos los documentos que existan sobre este tema”, agregó García, que inició una investigación de oficio, luego de que la iglesia mantuvo en secreto lo ocurrido, durante décadas.

El funcionario dijo sentirse "conforme" con el avance de la investigación judicial, destinada a “generar rápidamente las medidas necesarias para corroborar que estos delitos habrían ocurrido en el Seminario de Paraná”.

García señaló que en este tipo de delitos, que son de instancia privada, como las violaciones o abusos, "siempre la ley está puesta a favor de la víctima, que puede decidir resguardar el hecho para sí o denunciarlo".

 En ese sentido, dijo que "este no es un caso de un abuso aislado, sino que está dentro de un contexto depravado y que lleva al delito de promoción de la corrupción”.

 García adelantó que “en principio, la investigación va a ir orientada a los casos ocurridos aquí y a los abusos sobre las víctimas, las cuestiones colaterales que se desprendan de la investigación se irán viendo sobre la marcha”.

 Uno de los niños que dijo haber sido abusado por el cura se presentó espontáneamente el martes pasado en los tribunales locales para ratificar las denuncias que existen sobre el religioso, cuyo paradero se desconoce, luego de que se ausentó de la localidad tucumana de Monteros, donde ejercía funciones pastorales.

 La víctima tiene en la actualidad 33 años y es oriundo de una localidad rural cercana a la capital entrerriana, donde la iglesia tiene una fuerte inserción.