AMPLIARBernardo Kliksberg

30/08/2012 - Según economista

El acceso a los alimentos como problemática mundial

El hambre que padecen más de mil millones de personas en todo el mundo no se debe a la falta de alimentos, sino por no tener acceso a esos alimentos, sostuvo el economista Bernardo Kliksberg, durante una conferencia en la que además habló del problema del agua potable y el desempleo global.

Este experto en temas sociales como la lucha contra la pobreza, habló anoche en el auditorio de la Sociedad Hebraica Argentina (SHA), en la Ciudad de Buenos Aires, donde fue distinguido como Socio Honorario de la entidad, en un acto presidido por su director ejecutivo, Sergio Kutchevasky.

Tras recibir el carné respectivo, Kliksberg dio una conferencia magistral, en la que suministró algunos datos sobre la pobreza, como que 1.025 millones de personas pasan hambre, cuatro millones de niños mueren al año por esa causa, hay 3.000 millones de seres humanos pobres y 900 millones sin acceso al agua potable.

Según el fundador de la disciplina de la Gerencia Social, el planeta es infinitamente rico y con el alto grado de desarrollo de la ciencia y la tecnología de la actualidad se podría alimentar no sólo a sus 7 mil millones de habitantes, sino a un total de 10 mil millones de personas.

No obstante, señaló que "una parte importante del planeta vive miserablemente, vive privada de casi todo, vive en situaciones totalmente indignas para un ser humano".

"Según cifras de UNICEF (Fondo de Naciones Unidas para la Infancia) de agosto de 2012, diez mil niños mueren por día por desnutrición, unos cuatro millones por año", afirmó este Doctor Honoris Causa de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Sin embargo "en los últimos 20 años, la producción de calorías per cápita subió casi un 30%, o sea mucho más que el ascenso de la población, por lo que debería haber mejorado totalmente la situación nutricional del planeta".

"No ha mejorado para nada, hay 1.025 millones de personas con hambre, según la FAO" (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).

Entonces explicó que "el tema central no es de producción de alimentos", aunque aclaró que cuando más alimentos se produzcan, mejor, "es un problema de acceso a los alimentos. Una parte importante de la población del mundo no puede comprar los alimentos", sentenció.

"Según el Banco Mundial, hay 1.400 millones de personas que ganan menos de 1,25 dólar por día, o seis pesos argentinos por día, y con eso no pueden comprar los alimentos más básicos", afirmó.

Luego aclaró que esta gente vive "en situación de pobreza extrema, pero hay en total tres mil millones en situación de pobreza, que ganan hasta dos dólares por día, o sea 8, 9 ó 10 pesos argentinos, con eso no se pueden alimentar dignamente".

También refirió que "el precio de los alimentos es en este momento objeto de una especulación violenta por parte de los grandes poderes financieros especuladores, que casi destruyeron Wall Street en los años 2008 y 2009".

Un factor importante, sostuvo, es la sequía en Estados Unidos, "la peor de los últimos 50 años, que no es casual sino que tiene que ver con el desequilibrio climático, la manera en que estamos destruyendo el medio ambiente".

Después mencionó "otro drama fundamental, el del agua, con 900 millones de personas que no tienen agua potable", y puntualizó que "el ser humano puede vivir un tiempo sin alimentarse, pero sólo horas sin beber agua".

"Esas 900 millones de personas que toman agua contaminada se enferman, y por eso la mitad de las camas de hospitales del mundo están ocupadas por personas contaminadas con agua, y desde ya que están entre los pobres", acotó.

Sobre el desempleo, precisó que "estamos en el pico de desocupación desde la crisis de 1930. La desocupación no sólo tiene tasas muy altas en el mundo en desarrollo sino también en el mundo desarrollado".

Al respecto, indicó que "Europa tiene 25 millones de desocupados, 10,8% es la tasa de desocupación, la más alta desde 1930; en España, el 52% de los jóvenes está desocupado y se está reproduciendo el sistema de trueque que se aplicó en Argentina en la época de la miseria más absoluta de los años 2001 y 2002".

"En Estados Unidos -siguió- los subempleados, es decir los que no trabajan a tiempo completo, y los que se fueron del mercado del trabajo, donde por cada empleado hay siete aspirantes, suman el 25% de la mano de obra del país, donde el 25% de los jóvenes están desocupados y el 40% de los jóvenes negros".

Como conclusión, Kliksberg puntualizó que "el hambre no tiene nada que ver con la disponibilidad de alimentos, tiene que ver con el acceso a alimentos; el agua no falta, no es que el planeta no tenga agua sino una cuestión de cómo se organiza la producción y el acceso al agua".

"La desocupación no es un fenómeno de la naturaleza, sino el resultado de malas políticas económicas", aseguró durante su conferencia magistral, que se extendió también por temas históricos y religiosos, entre otros.