Alrededor de veinte personas están en la mira de los órganos de investigación del Vaticano para las futuras investigaciones del caso conocido como Vatileaks, la filtración y publicación de documentos privados de Benedicto XVI.
De hecho, la primera parte de la investigación implicó la separación de su cargo, detención y sentencia a juicio de Paolo Gabriele, el ex mayordomo del Papa, acusado de "robo agravado".
Fuentes vaticanas precisaron a ANSA que al menos 20 personas
están bajo la sospecha de haber participado en la difusión de
los documentos reservados sobre los que se están "concentrando
aún más" las investigaciones para obtener pruebas.
El promotor de Justicia del estado vaticano Nicola Picardi
sostuvo hace unos días que el juicio a Gabriele y a su cómplice,
el informático Claudio Sciarpelletti, no representa un punto de
llegada sino "solamente el inicio" de la investigación penal
sobre el escándalo.
En la primera parte de la investigación quedaron afuera
delitos graves denunciados en el informe de la policía judicial,
luego de las primeras fugas de noticias y la publicación del
libro "Su Santidad", de Gianluiogi Nuzzi, en mayo pasado.
Entre otros, figuran los delitos contra el Estado, contra los
poderes del Estado, calumnias, difamaciones, violación de
secretos y desprecio de las instituciones del Estado.
Sobre esos delitos deberán proceder tanto Picardi como el
juez instructor Piero Bonnet.
La investigación se retomará el mes próximo, apoyada por el
mismo Benedicto XVI que invitó a los investigadores a seguir
trabajando con "diligencia".
En tanto, se espera el proceso público, previsto para los
próximos meses, contra Gabriele y Sciarpelletti.
Durante ese juicio se conocerán detalles y actividades de
algunos involucrado en el caso, que todavía permanecen en
secreto.
De todas maneras, se estima que todos se desarrollarán en la
más absoluta reserva como sucedió hasta ahora.
De hecho, durante los primeros meses de la investigación las
autoridades negaban que se estuviera investigando a más personas
además del mayordomo papal.
Gabriele, en cuya casa los investigadores encontraron copias
de documentos publicados en el libro de Nuzzi, declaró sentirse
"invadido por el Espíritu Santo" para develar el "mal y la
corrupción" que hay en la Iglesia.
También dijo lamentar que al Papa no se le informa sobre los
escándalos de su pontificado.
Gabriele, luego de estar 52 días en una cárcel, cumple arresto domiciliario.
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